Enrique Villegas, un técnico de Sancti Spíritus que participó en la extinción del fuego en la Base de Supertanqueros de Matanzas aseguró que nunca se "había enfrentado a algo tan tenebroso".
El experto, con 50 años de experiencia en la aviación y extinción de incendios forestales, consideró que "la intervención de los aviones M-18 –conocidos como dromedarios– salió perfecta", a pesar de las condiciones del terreno.
"Algo de esa magnitud es imposible que no impresione, pero nuestra tarea era sumarnos y agotar todas las vías posibles para sofocar el incendio. Nunca me había enfrentado a algo tan tenebroso", contó al diario local Escambray, que hizo un reportaje especial sobre el tema.
Los otros pilotos y técnicos de la flota aérea de Sancti Spíritus que participaron en la extinción del fuego coincidieron en que la situación superaba cualquier idea preconcebida.
Sancti Spíritus cuenta con la única base de aviones M-18 –conocidos como dromedarios– de Cuba que se usan para labores agrícolas y para sofocar incendios forestales. El sábado las naves debían realizar trabajos agrícolas pero fueron reasignadas a las labores de contención del siniestro en la refinería matancera.
El piloto Alexei Morales Astencio dijo que los miembros del equipo nunca habían enfrentado un incendio de carburantes.
"Despegamos los cuatro aviones, nos acercamos al siniestro en una zona para refrescar un área y evitar que pasara a otras instalaciones, porque en la parte de las llamas grandes no teníamos nada que hacer; luego dieron la orden de permanecer en tierra, porque continuaban las explosiones en los tanques, era peligroso para las naves acercarse allí", relató.
"Fue impresionante ver un fuego tan grande; estuve en un incendio forestal en la Isla de la Juventud, pero como este, ninguno", expresó.
El capitán Yosvany Benítez Correa contó que en pocos minutos bombardeó más de 1.000 litros de agua sobre una zona de malezas que estaba muy caliente, una operación que puede ser riesgosa por la acción de los vientos y la turbulencia.
"Las cuatro naves iban a una separación aproximada de un kilómetro, porque el avión al momento de hacer la descarga hace una maniobra peligrosa y hay que tener seguridad; al principio uno como se sorprende, pero miedo no sientes, es que estamos entrenados para esta situación", explicó.
Ramón Iluminado Pérez, otro capitán con 26 años en el oficio y piloto instructor en la Unidad Empresarial de Base subordinada a la Empresa Nacional de Servicios Aéreos Sancti Spíritus, dijo que "un incendio forestal no se parece en nada a lo que enfrentamos".
"Es impresionante cuando sueltas el bombazo de agua porque el avión coge altura rápido, pero bueno, según pasan esos instantes uno va entrando en calor y todo va pareciendo más fácil", apuntó.
Comenta que en ese instante "la concentración es muy grande; si (el miedo) aparece, es después cuando volvemos a la pista", relató.
En la operación participaron cuatro dromedarios de la base espirituana, sus pilotos y técnicos, que volaron a Matanzas el sábado y junto a helicópteros de las Fuerzas Armadas de Cuba se dedicaron a bombardear agua sobre la zona de desastre.
Especialmente las acciones se dirigieron a bajar las temperaturas de los tanques de combustibles que no se habían incendiado y las áreas de maleza circundantes, explicó el rotativo.
El incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas se originó el viernes en la tarde a consecuencia de un rayo sobre un depósito de crudo e involucró a cuatro tanques de combustible de la refinería.
El sábado las imágenes de los dromedarios captaron la atención de miles de cubanos, conmocionados por el anuncio de la desaparición de 14 personas por la explosión de un segundo tanque con fuel oil en la madrugada.
Los bomberos afirmaron en la tarde del miércoles que el incendio había sido controlado y se había pasado a la fase de búsqueda de las víctimas.
Hasta el momento las autoridades han confirmado la muerte de dos personas, mientras intentan localizar los cuerpos de 14 desaparecidos.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: