Modesto, 64 años; así quiere aparecer en esta entrevista, estuvo meditando unos días sobre la oportunidad de contar su versión del incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, el más grave en los últimos sesenta años en Cuba y que ha costado la vida a dos personas, otras 14 siguen desaparecidas y 24 permanecen hospitalizadas; además de cuantiosas pérdidas económicas y daños ecológicos.
Bombero jubilado avisó a última hora del miércoles que, este jueves, estaba dispuesto a contar a nuestros lectores su visión del incendio, una mirada dolida, pero objetiva; solo exigió no ser identificado y aclaró que lo hacía porque cree que "CiberCuba y los muchachos de la prensa de Matanzas" son los que mejor han contado el desastre; creemos que su rabia ante el trabajo mal hecho frente a las llamaradas apocalípticas, la muerte de jóvenes bomberos inexpertos y el triunfalismo vacuo del gobierno, contribuyeron a que contara lo que sigue.
¿Cómo es el sistema de protección contra incendios instalado en la Base de Supertanqueros de Matanzas?
Antes de describirlo, me gustaría decir que el proyecto y ejecución de la Base de Supertanqueros de Matanzas fueron considerados altamente eficientes para la contención y prevención de fuegos. La Agencia de Protección Contra Incendios (APCI), al evaluar el proyecto y homologarlo, consideró que su sistema de protección contra incendios cumple las normas cubanas e internacionales para la extinción y prevención de fuegos.
En el desarrollo del proyecto de la base y durante su ejecución, oficiales experimentados del Cuerpo de Bomberos de Cuba y Matanzas participaron activamente en el diseño del sistema antiincendios; crearon un Manual de operaciones, que establece como primer interviniente al comando de la Zona Industrial, que se ubicó a tres kilómetros del último tanque, en dirección este, para propiciar que pueda llegar en menos de seis minutos a la base y desplegar la técnica para contener o controlar el incendio hasta lograr su extinción. Para ello, se proyectó que los bomberos de la Zona Industrial tuvieran un carro con técnica de espuma y un cañón auxiliar de espuma que permite reforzar la capacidad del sistema propio de la Base de Supertanqueros y así sellar la salida de vapores, negándoles el oxígeno del aire y facilitando que, el agua contenida en la espuma, enfríe el combustible e impidiendo la generación de calor, la propagación de las llamas y la explosión del depósito; como desgraciadamente ocurrió en los cuatro depósitos achicharrados.
El sistema instalado se diseñó y ejecutó para enfriar los tanques en caso de incendio y dar tiempo a la llegada del Comando de bomberos especializados, equipados con los medios necesarios. Además, se construyó una estación de bombas, que incluye un depósito de 1,000 metros cúbicos de agua, dotado con equipos de bombeo, motobombas que operan con diésel; incluidas varias de reserva, y acopladas todas a un equipo para la presurización de la línea, redes de tuberías con un ramal kit de espuma, que suministra el líquido espumógeno a través de tubos; desde el sistema antiincendios hasta los tanques incendiados; donde finalmente se genera la espuma necesaria para controlar el fuego hasta su extinción.
En paralelo, la instalación cuenta con una red de tuberías de acero, de 100 milímetros de diámetro, encargadas de disparar agua contra las paredes de los tanques circulares; en caso de fuego. Como sistema auxiliar, fuera de los cubetos (perímetro de seguridad de los tanques) también hay hidrantes de agua y espuma, que se activan en caso de derrames de crudo, como ocurrió en esta desgracia.Todo este sistema tiene la opción de activación automática o manual, a cargo de un operador.
A partir de su pormenorizada explicación; ¿qué falló entonces en Supertanqueros para que un rayo haya desatado un infierno de tal magnitud?
El rayo cayó, pero no provocó un incendio de grandes proporciones; lo que provocó el gran fuego fue que el sistema contra incendio de la instalación no funcionó, la moto bomba no se activó en modo automático y ningún operador logró activarla, sospecho que no tenia diésel, porque la primera acción combativa falla, sumado a que no había espuma retardante para combatir los incendios de combustibles en el sistema de la base.
Supe, y muchos compañeros también lo saben, que la empresa de Supertanqueros tenía ofertas de venta de espuma antiincendios, en la cantidades requeridas; pero la compra no se llevó a cabo, por dar prioridad a otras actividades de CUPET, relegando a un plano secundario la adquisición de un medio de extinción primordial. Además, la no activación del sistema contra incendios propio, indica que se violaron los mantenimientos y revisiones sistemáticas, que permitirían mantenerlo funcionando en óptimas condiciones, aunque no tuvieran la espuma retardante.
Al desencadenarse el fuego, la dotación de carros bomberos de la instalación era de dos unidades, y ninguna de las dos tenía capacidad técnica para expandir espuma retardante con la presión y caudal necesarios; medios que tuvo la base, en sus inicios; incluidos el cañón de espuma, pero la falta de mantenimiento, descontrol y otros hechos pusieron fuera de orden los dispositivos; los bomberos no contaban con la cantidad de trajes especiales necesarios y los existentes no estaban en óptimas condiciones.
Desde el punto de vista humano y profesional, los equipos contaban solo con dos oficiales; con alguna experiencia, y el resto eran reclutas de Servicio Militar General (SMG). Por lo que he podido hablar con mis ex colegas, allí se generó un caos, se violó el mando único; que debió estar siempre en manos de los bomberos de más experiencia, porque los actuantes no tuvieron en cuenta que -con los recursos que disponían- era imposible enfriar el primer tanque, el impactado por el rayo y que tenía en su interior unos 26,000 metros cúbicos de crudo. Al usar esa técnica sin que fuera suficiente para el enfriamiento, provocaría, como lamentablemente ocurrió, que el tanque se empezara a deformar, se agrietara y explotara.
Y eso fue una irresponsabilidad suprema; enviar a una mayoría de jóvenes bomberos, sin experiencia en el trabajo dentro de la piscina de contención; ¡esto constituye una violación de las normas de seguridad, en grado criminal!
Claro, también sé porque lo hicieron; al no funcionar el sistema contra incendios propio, que tiene colocados los aspersores por fuera y encima del cubeto (piscina de contención) para evitar precisamente que estalle, decidieron -de forma irresponsable y negligente- meter a bomberos bisoños y los carros de las dotaciones, en las proximidades del primer tanque incendiado, para conseguir que el chorro de agua llegara a la pared del depósito.
Esa decisión puso en riesgo a los bomberos y saboteó la eficacia de su trabajo, hasta el punto que un gran amigo, presente en el lugar, me contó que parecía que los bomberos estaban jugando a los carritos y que los únicos que hicieron algo útil fueron los pilotos; arriesgando sus vidas.
El gobierno y la prensa cubana hablan de victoria
¿De qué victoria hablan?, si el fuego se ha extinguido, prácticamente, por agotamiento del combustible. Han muerto 14 cubanos, han perdido cuatro tanques de 50,000 metros cúbicos cada uno; con un costo de mas de dos millones de dólares estadounidenses, cada depósito; y mas de 140,000 metros cúbicos de crudo; que equivalen a 880.573,5 barriles de petróleo (norma norteamericana), multiplíquelo por el costo actual del barril y verá la perdida monetaria*.
Yo deje ese cuerpo hace ya más de 14 años fui jefe de varios comandos y me avergüenzo ante las proclamas de los dirigentes de haber logrado una victoria. ¡Una barbaridad para un país devastado por su mala administración; desde el 2006, cuando una cúpula se ocupó de repartir las riquezas a su interés y olvidar los principios en que nos educó Fidel.
* El día de la entrevista (jueves) el barril de petróleo de la OPEP cotizó a 103,2 dólares estadounidenses. El precio diario aumentó 1,91 $; un 1,89% desde miércoles. Mientras, que el precio medio del barril ha bajado, en lo que va de agosto, a los 102,5 $, desde los 108,6 $ de julio; según datos del periódico económico Expansión. Por tanto, la pérdida solo en concepto de crudo ascendería a 90 millones 258 mil 783,5 dólares estadounidenses. A los que deben sumarse los ocho millones de costo de los cuatro depósitos siniestrados.
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