Especialistas en medio ambiente analizan la calidad del aire en la zona industrial de Matanzas donde ocurrió el incendio y en otros lugares de la ciudad, para conocer la carga contaminante que quedó una vez sofocado el fuego.
Expertos del Centro de Investigación y Manejo Ambiental del Transporte (CIMAB) realizan mediciones de la calidad del aire para identificar concentraciones de orgánicos volátiles totales, material particulado, dióxido de carbono y dióxido de nitrógeno.
Janyer Gutiérrez Boloy, director de tecnología del centro, reveló a la Agencia Cubana de Noticias que hicieron el monitoreo en el área el siniestro, en el hospital Faustino Pérez, el parque René Fraga, el centro pediátrico provincial y el barrio de La Marina.
"Al llegar armamos las cinco estaciones y leemos los valores de cada equipo, trabajamos con sensores de calidad del aire Aeroqual serie 500. En todos los lugares donde estuvimos los valores reflejaron una variación de algunos parámetros producto de la quema de combustible", afirmó.
Miriam Martínez Varona, bioquímica y jefa de laboratorio del CIMAB, añadió que llegaron a Matanzas a los tres días de desatarse el incendio y no pudieron ver la magnitud del polvo, pero sí notaron el olor y el penacho de humo sobre el lugar.
"En algunas áreas tuvimos evidencia de los autos cubiertos de hollín, y plantas con flores cubiertas de la deposición después de la lluvia. Compañeros de otros grupos también tomaron muestras de agua", dijo.
"Esto empieza ahora, los datos que obtienen todos los equipos participantes se van a tabular, habrá que comparar información, encuestar a la población, falta mucho por hacer", precisó.
Aunque las autoridades sanitarias cubanas niegan que exista contaminación ambiental por el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, se reportaron afectaciones de contaminación ambiental tanto en esa provincia como en su vecina Mayabeque.
El reparto Versalles, cercano a la zona siniestrada, estaba cubierto por el humo proveniente del fuego, según fotos y videos difundidos por el fotógrafo Miriel Santana en Twitter.
Otros residentes denunciaron daños en sus cultivos y fuentes de abasto de agua por el humo y las lluvias de cenizas negras. El campesino Enrique Viera García, del Valle de Yumurí, mostró sus plantaciones de calabaza cubiertas de una sustancia negra y viscosa que cayó con la lluvia contaminada.
El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) anunció un seguimiento de los efectos que tuvo la emisión de gases y partículas sobre la salud de las personas y el entorno de la Base.
"El costo ambiental dependerá de la permanencia que haya tenido este evento. Y realmente ha sido un incidente que ha durado cinco días. La fuente de emisión como tal se ha detenido, pero habría que analizar con cada uno de los especialistas cómo se ha afectado el medio ambiente", dijo Odalys Goicochea Cardoso, directora general de medio ambiente del organismo.
Se efectuarán mediciones de la calidad del aire en el litoral norte de Matanzas, Mayabeque, La Habana y varios puntos de Artemisa, se hará un monitoreo vía satélite de la afectación en la atmósfera, se evaluará el suelo, el agua y la biodiversidad, y se vigilará la ocurrencia de posibles afecciones respiratorias.
La ministra Elba Rosa Pérez Montoya dijo el jueves pasado que el monitoreo del aire en la zona del incendio arrojó una disminución de la contaminación ambiental, y que las imágenes del radar mostraban una disminución de la visibilidad del humo generado por el fuego.
"El monitoreo del aire confirma que la contaminación ambiental ha disminuido. No hay evidencias de pacientes aquejados por las emanaciones del incendio", aseguró.
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