Turquía donó a Cuba equipos para mejorar el rendimiento de la cosecha del garbanzo que se siembra en el municipio Taguasco, en Sancti Spíritus.
El donativo fue realizado por la Agencia Turca de Cooperación y Coordinación (Tika), que hace unos años había enviado a la isla variedades de semillas de garbanzos, informó la prensa oficial.
Entre los equipos hay un tractor, una sembradora, una cosechadora y un sistema de riego, dijo a la Agencia Cubana de Noticias el viceministro de la Agricultura de Cuba (Minag), Maury Hechavarría Bermúdez.
Aclaró que en Taguasco hay un proyecto de cooperación con Tika para la siembra de la leguminosa, y allí será enviada "la moderna tecnología ofrecida a la Isla antillana, donde la producción de garbanzo ha sido una meta ansiada por muchos de sus agricultores".
Sin embargo, el funcionario reconoció que "Cuba cuenta con nueve variedades de garbanzos adaptadas a las condiciones edafoclimáticas (características de clima y del suelo) de la región, pero en los últimos años se ha observado un incremento de daños por plagas que han afectado la producción".
Dijo que a pesar de ello la siembra del cultivo se ha extendido a municipios de Villa Clara, Pinar del Río, La Habana, Matanzas y Granma, entre otros.
En noviembre de 2020 se sembraron en Taguasco 10 nuevas variedades del grano a partir del proyecto de colaboración con Turquía, en lo que constituyó la primera fase del citado programa, destinado a mejorar la alimentación de la población cubana.
Orestes Ramírez Salas, director de la Empresa de Semillas de Sancti Spíritus, declaró en esa ocasión al diario local Escambray que el proyecto se asienta en áreas de la Cooperativa de Producción Agropecuario 26 de Julio, enclavada en la zona El Plantel, donde se siembra poco más de una hectárea con 10 variedades traídas de Turquía y otras tres creadas en el país.
En abril de este año el régimen cubano informó que estaba investigando el uso de la harina de garbanzo como extensor cárnico, al igual que la soya, y para usarla en la producción de panes.
El gobierno pretende usarla "en sustitución o en combinaciones con la [harina] de trigo para paliar la escasez de alimentos que enfrenta desde hace años, y que se ha agudizado después de la pandemia de coronavirus.
Según declaraciones de Víctor Daniel Gil, director del Centro de Investigaciones Agropecuarias, en Villa Clara, desde hace un tiempo allí se trabaja con el garbanzo, un cultivo muy resiliente del que se deriva una harina, que se puede usar en panadería y repostería, además de emplearse como extensor cárnico o hacer infinidades de combinaciones con granos de sorgo, chícharo y trigo.
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