Ciudadanos matanceros se quejaron de la grave situación con el transporte en la cabecera provincial, donde numerosos trabajadores se ven obligados a destinar una buena parte de sus salarios a trasladarse.
La crítica situación con el combustible, que afecta el transporte público, obliga a las personas a pagar altos precios por el pasaje y algunos gastan su sueldo en ello.
“Yo soy maestra, vivo en Pastorita y trabajo en el reparto Los Mangos y paso tremendo trabajo. Casi todo el salario se me va cogiendo transporte pagado. Es muy difícil”, dijo una señora entrevistada por la televisora local TVYumurí.
“Ahora mismo estamos en un horario en que no hay inspector, cuando está, alivia un poco. Los carros estatales pasan, uno les hace señas y se hacen los ciegos. Es muy raro llegar a una parada y que un estatal pare”, se quejó la profesora mientras permanecía bajo el sol esperando lograr irse.
Las personas interrogadas por los reporteros reconocieron que existe una situación crítica con el combustible en el país, pero exigieron soluciones para garantizar el movimiento de los trabajadores entre diferentes puntos de la ciudad.
Una profesional de la salud catalogó de pésimo el servicio de transporte durante el fin de semana. Trabajadores de ese sector que no tienen garantizado un medio de transporte, no pueden trasladarse si no pagan altos precios por un vehículo particular.
“Hay trabajadores de salud que no tienen transporte y deben trabajar sábado y domingo y no tienen en qué trasladarse. Terminan alquilando una máquina particular para llegar al centro de trabajo”, afirmó la ciudadana y adujo que representaba una dificultad muy grande ir desde su casa al centro donde labora.
Durante agosto, el último mes de la etapa veraniega, el transporte “no se ha mantenido de la mejor manera” y no ha permitido que las madres puedan tener un momento de esparcimiento con los niños en la playa, fue uno de los argumentos de la matancera para exponer la crisis que los aqueja.
A la escasez de combustible que empeora la disponibilidad de transporte público, también se suma la mala organización de los inspectores asignados a las paradas.
Hay lugares “imprescindibles” donde no hay inspectores y esto conlleva a que muchos choferes de carros estatales no paren, criticaron varias personas, quienes denunciaron que los vehículos de empresas del Estado viajan vacíos pero no recogen a nadie en las paradas.
Esta fue una de las “soluciones” que a inicios de año ofrecieron las autoridades para lidiar con la crisis de combustible: obligar a los vehículos estatales a parar en todos los puntos de embarque de pasajeros.
Con esa propuesta, la responsabilidad del gobierno en el traslado de los ciudadanos recayó en empresas e instituciones.
Ahora, al parecer, la solución posible para mitigar la crisis del transporte en Matanzas consiste en apelar a la organización de los inspectores en las paradas con mayor afluencia de público para hacer cumplir ese decreto de inicios de años, aunque la presencia de los inspectores en los puntos es bastante irregular.
La escasez de combustible llevó, además, a un aumento de los precios de las motos y los bicitaxis que prestan servicio de transporte público en Matanzas, alegando el incremento del valor del combustible y la carencia de piezas de repuesto, disponibles solo en el mercado negro.
El transporte urbano está en un estado crítico en ciudades y pueblos del país. En Santiago de Cuba, por ejemplo, algunas rutas solo completan sus recorridos dos veces al día.
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