La crisis económica en Cuba ha provocado aplazamientos en la impresión de los libros de texto para los diferentes niveles de enseñanza en el país, con vistas al reinicio, el próximo 5 de septiembre, del curso escolar 2021-2022.
Sancti Spíritus es uno de los territorios afectados en este renglón, por lo que en varios centros educativos los estudiantes se ven obligados a compartir, entre dos, la literatura de diferentes asignaturas, según dijo al periódico Escambray Andrei Armas Bravo, director provincial de educación.
El funcionario reconoció que estas circunstancias también repercuten en los profesores que tienen que suplir con atención diferenciada la carencia de libros, y explicó que en esta situación influye el llamado proceso de perfeccionamiento educativo, que está volviendo obsoletos los libros ya existentes.
Armas Bravo dijo que, en el caso de los llamados materiales gastables, no presentan dificultades pues, hasta el momento, tienen como garantizar los lápices y libretas de los estudiantes, además de las tizas que emplean los maestros.
“Nosotros comenzamos este curso con situaciones puntuales del uniforme escolar, porque el país no pudo, en el momento oportuno para iniciar el curso, garantizar todo el uniforme escolar previsto. Se fue garantizando paulatinamente. Ya Sancti Spíritus en el mes de julio terminó de vender el 100% del uniforme que estaba previsto vender”, agregó el directivo.
El funcionario aclaró que se estará empleando el viejo modelo de uniforme junto al nuevo diseño y que eso estará sucediendo así durante dos o tres ciclos escolares, como consecuencia de la inestabilidad en la producción y el acceso a materias primas.
En ese territorio el período lectivo reiniciará también con un déficit de 923 profesores en los distintos niveles de enseñanza, que tratarán de cubrir con la contratación de personal calificado de la producción y los servicios, así como con la incorporación de estudiantes universitarios.
Mientras, la ministra de Educación, Ena Elsa Veláquez Cobiella, apuntó que era necesario que los maestros estuvieran preparados para suplir cualquier carencia material en las escuelas y que fuesen capaces de utilizar bien los recursos que hoy existen en los centros educativos.
Veláquez Cobiella dijo en la Mesa Redonda que este curso culminará el 19 de noviembre venidero y que el ciclo escolar 2022-2023 comenzará entonces el 28 de ese mismo mes, con vistas a finalizar en julio del próximo año.
Advirtió que en la capital del país se presentan las mayores carencias con respecto al material de estudio, pero que como solo restan dos meses del actual período lectivo, el Estado puede garantizar los recursos mínimos para que los alumnos puedan realizar sus tareas y ejercicios.
En La Habana el déficit de maestros es incluso mayor y ha obligado a que se contraten profesores provenientes de otras provincias. “Estamos contratando los estudiantes universitarios del proyecto ‘Educando por amor’ y se han incorporado además profesores de otras provincias que residen en 11 villas habilitadas por la Dirección Provincial de Educación de La Habana”, dijo al respecto Veláquez Cobiella.
En la isla persiste, además de la escasez de libros de texto y uniformes escolares, la falta de plastilina, que el gobierno espera revertir con la fabricación de unos 200,000 juegos de este material educativo, a cargo de la Empresa de Producción de Medios de Enseñanza (EMEG), ubicada en Manzanillo, Granma.
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