El régimen cubano advirtió que dará una “respuesta enérgica” a las protestas por los apagones en Cuba, a las que calificó de “manifestaciones violentas” y “provocaciones”.
“Comprendemos las molestias e incomodidades que causan los indeseados apagones, pero ello nunca será justificación para quienes intenten generar actos vandálicos, desestabilizadores o promover manifestaciones violentas en el país. Cada una de estas provocaciones tendrán una respuesta enérgica dentro del marco de la ley”, dijo Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba..
Morales habló este lunes durante un acto en Cienfuegos, al que asistieron el general Raúl Castro y el mandatario Miguel Díaz-Canel. La ocasión sirvió para conmemorar el aniversario 65 del alzamiento del 5 de Septiembre, un hecho que no figura entre los que usualmente recibe mayor importancia dentro del calendario de efemérides oficiales en Cuba.
Sin embargo, el gobierno aprovechó para organizar un “acto de reafirmación”, en medio de la profunda crisis que atraviesa el país, y que ha provocado protestas en diferentes localidades durante todo el verano.
Morales Ojeda, quien fungió como orador principal, negó que en Cuba existiera “un estado fallido” y culpó de la crisis, en un giro habitual de la propaganda estatal, al embargo estadounidense, a la vez que aprovechó para criminalizar a los críticos del régimen.
El dirigente reconoció “dificultades, desabastecimientos y carencias innegables, dolorosas algunas” y afirmó que estas “constituyen el desvelo de los dirigentes”.
Ante el profundo descontento social, Morales Ojeda destacó “la adopción de varias medidas para salir de la crisis, aunque admitió que “no darán resultado por sí solas, que dependen del tiempo”.
El dirigente afirmó que el gobierno trabaja “para recuperar el sistema energético nacional y aseguró que las nuevas medidas “permitirán progresivamente reducir los apagones”.
Sus declaraciones se mantienen en la línea de la propaganda estatal que, ante el temor a otro estallido social a gran escala como el del 11J, ha tratado de minimizar las protestas masivas y de denostar a quienes expresan públicamente su frustración ante la mala gestión del gobierno.
A finales de agosto, Díaz-Canel llamó “indecentes” a quienes masivamente han salido a protestar en los últimos meses en el contexto de la escasez de alimentos, la inflación y los frecuentes y prolongados apagones.
“Toda esta situación ha sido aprovechada por los enemigos de la revolución para crear desaliento, incertidumbre; para hacer convocatorias a hechos vandálicos y de terrorismo, para promover desorden social, alteración del orden y de la tranquilidad ciudadana”, dijo el gobernante.
La comparecencia del dirigente se produjo días después de que ocurrieran multitudinarias protestas en Nuevitas, municipio camagüeyano donde cientos de personas se lanzaron a la calle a exigir que les pusieran la corriente eléctrica.
El gobierno ha advertido que la crisis energética de Cuba no tendrá solución a corto plazo y que quedan días complejos, marcados por las averías y las salidas de servicio de numerosas plantas del SEN.
Hace unos días, durante un recorrido por la central termoeléctrica de Felton, en Holguín, junto a Raúl Castro, Díaz-Canel informó sobre la estrategia para la recuperación de la crisis energética que se propone minimizar los apagones antes de que finalice el año; desarrollar inversiones y mantenimientos en 2023 para lograr estabilidad y cambiar la matriz energética del país.
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