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El esgrimista cubano Luis Patterson relató cómo fueron las peripecias de su fuga de la delegación cubana antes de competir en la Copa del Mundo de Berna, Suiza, en 2019.
“Salí. Corrí hasta la parada del subemontañas. Después corrí aún más. No me detuve hasta la estación del tren. Pregunté por el camino mediante señas cómo llegar a la estación. Una vez ahí, las lágrimas corrieron solas. Sabía que sería juzgado y penalizado por mi actuar. Mi familia y todas mis amistades sentirían la noticia. Pero fue una buena decisión. Mientras más me alejaba, más libre me sentía”, recordó el deportista en una entrevista concedida al medio independiente Play Off Magazine, sobre su huida del hotel donde se hospedaba la delegación cubana.
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Patterson, quien actualmente reside en Canadá y compite con el club Dynamo Fencing, explicó que en Cuba sus condiciones de vida no eran las mejores “ni las merecidas para un atleta de alto rendimiento. Aún después de representar a Cuba en varios eventos internacionales y obtener resultados, debía compartir cama con mi mamá y hermano al regresar a mi casa, o dormir en el piso”.
El atleta, que tenía 23 años en el momento de su fuga, rememoró qué lo llevó a tomar la decisión y cómo se sentía en los prolegómenos de la escapada.
“Tenía poco tiempo para tomar la decisión correcta y no cometer ningún error antes de que me recogieran el pasaporte; no podía contarle a mi familia. Recuerdo que estábamos en una habitación todos juntos y no pude dormir en toda la noche. Pensaba cómo escapar sin ser visto en un país que nunca había visitado, ¿qué hacer? ¿a dónde ir? Pero debía hacerlo y rápido”, contó.
El campeón panamericano por equipos habló además de qué razones lo llevaron a establecerse en Canadá.
“Tenía una visa de turismo. Visitaba Canadá regularmente, cosa que me hizo reunir contactos y amistades. En Francia estuve aproximadamente 50 horas. Me tomé tiempo para conseguir el vuelo y despejar un poco. Una vez en Canadá me sabía todo el protocolo. Aquí ya llevo tres años aproximadamente”, dijo.
Patterson, nacido en Holguín, era, cuando escapó en 2019, el miembro más joven del trío integrado además por Reinier Henríquez y el subcampeón de la Copa Mundial de Vancouver 2017, Yunior Reytor, de 32 y 31 años, respectivamente en ese entonnces. Los espadistas ganaron el Campeonato Panamericano de Canadá y los Juegos de Lima, Perú.
Aunque la estructura deportiva estatal cubana ha intentado articular estrategias para frenar la fuga de atletas -como, por ejemplo, la gestión de contratos profesionales en otros países-, cada año decenas de deportistas cubanos piden la baja del sistema de alto rendimiento o abandonan delegaciones oficiales, intentando alcanzar mejores oportunidades para el desarrollo de sus carreras.
A finales de agosto, por ejemplo, uno de los puntales de la escuadra cubana que participó en la XIX Copa Panamericana de Voleibol con sede en la ciudad mexicana de Hermosillo, Yamisleydis Viltres, abandonó el hotel donde se encontraba la delegación nacional.
Por esa misma fecha, el atleta cubano Lázaro Taylor Fernández, representante de la modalidad de 400 metros con vallas, abandonó la delegación de la isla con la que viajó a la ciudad de Freeport, Bahamas, para competir en el IV Campeonato de Pista y Campo de la Asociación Atlética de América del Norte, Centroamérica y el Caribe (NACAC).
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