El príncipe Carlos de Gales fue proclamado formalmente este sábado como nuevo Rey de Inglaterra, papel que representará bajo el nombre real de Carlos III.
Apenas 48 horas después de la conmoción mundial que ocasionó el fallecimiento de la reina Isabel II a los 96 años, el conocido como “eterno heredero” fue proclamado rey ante el Consejo de Acceso, en un acto que se celebró en el Palacio de St. James.
El acto constituye en sí una formalidad, ya que la muerte de Isabel II le elevó automáticamente al puesto de monarca, dado que era el primero en la línea sucesora, según confirmó el Palacio de Buckingham.
La proclamación dio comienzo este sábado a las diez de la mañana (hora local). Durante el mismo, se anunció ceremoniosamente la muerte de la Reina, tras lo cual se leyó una proclamación tradicional.
En sus primeras palabras tras la muerte de su madre, Carlos III destacó los valores que la Reina supo transmitir, subrayando que "fue una inspiración y un ejemplo para mí y toda mi familia". Asimismo definió a su progenitora como una persona con tres características: afecto, admiración y respeto, combinado con humor y habilidad para ver lo mejor de la gente.
La Reina Isabel II, la monarca que más tiempo permaneció en el trono de Reino Unido y fue testigo excepcional de las grandes transformaciones en la historia moderna, falleció este jueves a los 96 años.
“Este es un momento de gran tristeza para mí y para toda mi familia”, dijo en un primer comunicado su hijo Carlos. “Estamos inmersos en un profundo luto”, añadió.
Este jueves, los doctores de la Casa Real británica anunciaron que Isabel II había sido puesta en supervisión médica tras sufrir un repentino deterioro de su salud y mostraron preocupación por su estado, en una clara señal de que se aproximaban sus horas finales.
Los miembros de la familia real se trasladaron de urgencia a Balmoral para darle el último adiós a la monarca, que había reducido sus apariciones públicas en meses recientes y se veía con dificultades para caminar.
Como parte del protocolo conocido bajo el nombre de "Puente de Londres" (London Bridge), está previsto que se organice en Londres una capilla ardiente con el féretro de la Reina para las honras de despedida de los ciudadanos. Desde el jueves, diversos actos simbólicos se sucedieron para dar a conocer gradualmente la noticia hasta su anuncio oficial por la BBC.
Figura emblemática del mundo moderno, Isabel II fue monarca de otros 14 reinos además del de Reino Unido. A su vez, fue la mandataria de las 54 naciones de la Commonwealth durante un prolongado reinado de 70 años.
Era la jefa de Estado más longeva del mundo y cabeza de la iglesia anglicana (escisión de la de Roma). Pero esencialmente, fue una personalidad carismática y recia, que supo mantener la distinción y la hidalguía británicas como estandarte de identidad en una era de agitadas conmociones políticas en su nación y en el mundo.
Nacida en Londres el 21 de abril de 1926, Elizabeth Alexandra Mary Windsor fue la hija mayor de los duques de York, quienes se convertirían luego en los reyes Jorge VI e Isabel. Fue educada en su casa por preceptores privados.
Contrajo matrimonio con el príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca, duque de Edimburgo, en 1947, después que se conocieron cuando ella tenía 13 años y él, 18. Felipe estuvo al lado de Isabel durante más tiempo que ningún otro consorte en la historia de la familia real británica.
Cuando se produjeron las celebraciones del Jubileo de Diamante, en 2012, la monarca se refirió a su esposo como su “fuerza constante y guía”. El duque de Edimburgo falleció el 9 de abril de 2001, a los 99 años.
Isabel II se mantuvo activa y lúcida hasta los días previos a su deceso. El pasado martes recibió a la nueva primera ministra, Liz Truss, para encargarle la formación de gobierno, en lo que sería su última actividad pública. Ahora, la nación se sumirá en 10 días de duelo para darle el último adiós a una mujer admirable que sobrellevó con dignidad el peso de la historia y transitó hacia la grandeza y el mito.
En marzo de 2019, el entonces Príncipe Carlos de Gales y su esposa Camilla, duquesa de Cornualles y actual reina consorte, viajaron a Cuba y el Caribe en una gira que costó a la Casa Real británica 416,576 libras (más de 529.000 dólares).
Durante su estancia en la isla, el ahora proclamado Rey recorrió La Habana en un auto clásico, el casco histórico de la capital cubana junto al historiador Eusebio Leal e inauguró la primera fase de un parque fotovoltaico con inversión inglesa en la Zona de Desarrollo del Mariel.
Junto a su esposa Camila probaron la gastronomía de Cuba, incluso en una paladar, así como visitaron la Academia de Danza de Carlos Acosta, quien formó parte del Royal Ballet.
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