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El principal asesor del expresidente Barack Obama cuestionó al actual mandatario de La Casa Blanca por no revertir la dura política de Trump hacia la isla, según entrevista con plataforma global de noticias.
Ben Rhodes, quien se desempeñó como viceconsejero de Seguridad Nacional de Obama, aseguró este miércoles al podcast "Conspiracyland" de Yahoo News que se siente decepcionado con la política de Biden en relación con Cuba.
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"El gobierno cubano hizo un acuerdo conmigo basado en la idea de que podían confiar en que mantendríamos nuestro acuerdo", comentó Rhodes en la entrevista.
Dijo, además, que está de acuerdo con que fue Trump quien inicialmente revirtió la política de Obama de normalizar las relaciones con Cuba.
“Pero luego Biden redobla esas políticas”, apuntó.
"¿Por qué algún funcionario cubano volvería a negociar algo con Estados Unidos después de esto?”, preguntó, además, el exconsejero de Seguridad Nacional para Comunicaciones Estratégicas y Redacción de Discursos de Obama.
Asimismo, recordó que Trump politizó las relaciones con Cuba de “la manera más grotesca e insensible”.
Rhodes sostuvo, además, que “tener una administración demócrata que legitima lo que hizo Trump, continuándolo, es un gaslighting [manipulación sutil] para esa gente en Cuba”.
Según el citado medio, los comentarios de Rhodes, considerados como una de las críticas más fuertes hasta ahora a Biden por parte de un alto funcionario de Obama, fueron rebatidos por un portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
"La política del presidente Biden hacia Cuba se basa en el apoyo al pueblo cubano y la protección de los derechos humanos. Nuestro enfoque hacia Cuba, como el de cualquier otro país, tiene en cuenta varios factores políticos, económicos y de seguridad actuales", dijo el portavoz.
"En los últimos años, las condiciones en Cuba y en la región han cambiado, y hemos adaptado nuestra política hacia Cuba en consecuencia", añadió.
El exconsejero de Obama participó en las conversaciones secretas que condujeron al deshielo con Cuba y en 2018 sus memorias sobre su participación en este acontecimiento también dieron mucho de qué hablar.
En esa ocasión dijo que el gobierno cubano hizo varias promesas durante las conversaciones, y que algunas iban bien encaminadas: entre ellas, emprender reformas políticas y económicas (aunque nunca fueron demasiado especificadas); así como abrir las puertas a los negocios estadounidenses, liberar a medio centenar de presos políticos y ampliar el acceso a Internet en la Isla.
Sin embargo, Rhodes destacó que, pese a las promesas, en la práctica cuando el gobierno de Obama colocó sobre la mesa una serie de iniciativas, las autoridades de la Isla respondieron con cautela: fueron muy lentos para emitir licencias a firmas norteamericanas interesadas en hacer negocios en Cuba; no abrieron vías fluidas para el comercio con el sector privado de la Isla, y no resolvieron los reclamos pendientes de propiedades confiscadas de ciudadanos norteamericanos.
Sobre el protagonismo real que la Iglesia Católica tuvo en el deshielo, el ex consejero de la Casa Blanca afirmó que “Roma llegó tarde a la mesa. El Papa Francisco simplemente bendijo acuerdos ya cocinados, proporcionando una cobertura política útil para Obama entre los cubanoamericanos católicos”.
Cuba y Estados Unidos normalizaron sus relaciones diplomáticas en julio de 2015, pero al asumir la presidencia en 2017 Donald Trump la política de deshielo entre ambos gobiernos se puso en pausa.
Desde esa fecha, muchos de los acuerdos comenzaron a revertirse, tras la aparición del llamado “Síndrome de La Habana”, un conjunto de extraños e inexplicables síntomas de mareo, vértigo, dolores de cabeza, entre otros, que comenzaron a padecer diplomáticos estadounidenses en Cuba.
El 1ro de julio de este año, la administración Biden revocó las restricciones a los vuelos al interior de Cuba impuestas por Trump.
La orden fue emitida por el Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT) y puso fin a la prohibición de vuelos estadounidenses a aeropuertos cubanos fuera de La Habana.
Desde finales de 2019, los vuelos regulares de pasajeros desde Estados Unidos solo podían realizarse a la capital del país, aunque algunas aerolíneas tenían autorización para llevar carga humanitaria a aeropuertos de otras provincias cubanas.
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