El cantante cubano Emilio Frías, director de la orquesta El Niño y la Verdad, afirmó que su nuevo tema "Mi vida necesita un cambio", es una canción social.
El artista compartió un video en su muro de Facebook, en el que habló de la importancia de su nueva composición, por la cual ha sido censurado en su país.
"Creo que con ella se identificarán muchas personas, que guarda muchos sentimientos, y creo que en estos tiempos es una canción necesaria. No es una canción política, es una canción social, de crónica", aclaró.
Emilio aseguró que muchos cubanos, tanto en la Isla como fuera de ella, se identificarán con su obra y la sentirán como suya.
"Como dijo alguien: las canciones no son de quienes las escriben sino de las personas que necesitan de ellas y así las hacen suyas. Espero que la hagas tuya, cubano", pidió.
"Mi vida necesita un cambio" será estrenada este viernes en redes sociales, aunque su autor ha divulgado algunos fragmentos.
"Quiero respirar la libertad y ser quien soy / para demostrar que puedo dar más de lo que doy / y mi corazón me grita que hay un mañana mejor que hoy / Cambio, mi vida necesita un cambio ya / sin miedo al éxito voy pa’ arriba del lío caminando por ahí pa’llá", cantó Frías a capela en una directa en marzo.
"Cambio es la palabra que Cuba está pidiendo a gritos porque esto no es vida", dijo el cantante en una publicación de su colega y compatriota Leoni Torres.
La semana pasada, el músico compartió una versión del tema con arreglos orquestales en su cuenta de Instagram, calificándolo como "una de las canciones más sinceras que he podido escribir".
Tres días, después, durante un concierto en la Casa de la Música de Galiano, en La Habana, los directivos de la empresa estatal impidieron que interpretara su tema e incluso un guardia se llevó en hombros al operador de sonido del artista, según testigos.
Horas después, el artista reaccionó al episodio de censura y publicó un texto en Facebook en el que aseguró que "un día todo será diferente en Cuba" y que terminará la que llamó "absurda ideología sanguinaria".
"¡Un día los niños reirán, los abuelos descansarán de nuevo en su sillón, los jóvenes tendrán un sueño, pero un sueño aquí! Al lado de sus padres y sus hijos. Un día seré testigo de que la indolencia, el abuso y la avaricia fue el final y la extinción de una absurda ideología sanguinaria, que costó sangre, dolor y lágrimas", afirmó.
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