La administración de Joe Biden marcó este miércoles una clara diferencia en su política hacia Cuba con relación al deshielo impulsado por Barack Obama, y aseguró que la escalada de represión del régimen cubano impide un cambio en la estrategia actual de Estados Unidos.
"Es cierto que la política de esta administración no es idéntica a la política de la administración Obama-Biden. Pero también es cierto que desde 2017 han pasado cinco, seis años. El régimen cubano, en cierto modo, se ha vuelto aún más represivo", dijo Ned Price, portavoz del Departamento de Estado, en el habitual encuentro con la prensa.
El funcionario recordó que la escalada represiva en Cuba se evidenció durante las protestas masivas del 11-J.
"Vimos un duro recordatorio de ello hace más de un año, en julio de 2021, cuando las protestas pacíficas que expresaban las aspiraciones de un futuro mejor fueron respondidas con arrestos y encarcelamientos en toda la isla. Ese es solo un ejemplo de la represión que hemos seguido viendo por parte del régimen cubano", enfatizó Price.
Añadió que en lo que respecta a Cuba la política de Washington "se ha basado en los intereses del pueblo cubano, en las aspiraciones de mayor libertad, mayor democracia para el pueblo cubano".
La inusual aclaración de Price se produjo por una pregunta sobre recientes declaraciones del principal asesor de la política de deshielo de Obama, Ben Rhodes, quien cuestionó a Biden por no revertir la política de sanciones de la administración de Donald Trump contra Cuba.
En una entrevista con el portal Yahoo News, Rhodes dijo sentirse decepcionado con el comportamiento de Biden, y consideró que tener en la Casa Blanca una administración demócrata que legitima y prolonga las decisiones de Trump "es un gaslighting [confusión] para la gente en Cuba”.
Es la primera vez que un alto funcionario de la administración Biden se desmarca de la política que promovió Obama entre 2008 y 2017, y que incluyó el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países, rotas por 54 años.
Durante su campaña electoral, Biden prometió restaurar la política de Obama hacia Cuba, interrumpir las duras sanciones de Trump, pero tras llegar a la Casa Blanca las decisiones de cambio fueron aplazándose. Luego del 11-J, la administración Biden congeló las opciones de apertura hacia Cuba y reforzó sus esfuerzos en defensa de los derechos humanos y las libertades cívicas dentro de la isla.
No obstante, Price defendió los pasos dados por la actual administración que "buscan servir a los intereses del pueblo cubano".
"Hemos trabajado para reanudar los viajes y los vuelos entre Estados Unidos y Cuba. Hemos trabajado en programas que puedan unificar y reunificar a las familias, separadas en algunos casos por apenas 90 millas entre Florida y Cuba", manifestó el funcionario en referencia a la reapertura del Programa de Reunificación de las Familias Cubanas (CFRP), paralizado en 2017.
También argumentó que Estados Unidos ha aumentado el personal de su embajada en La Habana, en gran parte para proporcionar apoyo consular adicional y tramitar más visados de reunificación familiar.
En los últimos meses, EE.UU. ha acelerado la entrega de visados de inmigrante para solicitantes cubanos en su consulado en Guyana y, desde mayo, en La Habana. Hasta el cierre de julio, se registran 15,946 visas otorgadas y es muy probable que se cumpla el compromiso de 20,000 que forma parte de los acuerdos migratorios bilaterales.
"Y hemos tomado otras medidas que creemos que funcionan y ayudan a servir a esos intereses y aspiraciones del pueblo cubano", afirmó.
El panorama de las relaciones entre Washington y La Habana ha dado ligeros indicios de distensión y acercamiento en las últimas semanas.
A finales de agosto, el gobierno cubano solicitó oficialmente ayuda a Estados Unidos para acometer las tareas de rehabilitación de la zona industrial de Matanzas tras el devastador incendio en la Base de Supertanqueros. En una reunión virtual, las autoridades cubanas pidieron una valoración sobre las acciones ya realizadas y pidieron acceso “a las técnicas y procederes más novedosos” para la gestión de la catástrofe.
Otra reunión técnica transcurrió la pasada semana, cuando autoridades de las Tropas Guardafronteras de Cuba y la Guardia Costera de Estados Unidos se reunieron los días 8 y 9 de septiembre en La Habana para abordar la crisis migratoria y buscar mecanismos de cooperación en medio del éxodo marítimo más elevado de cubanos hacia las costas de Florida en 28 años.
A comienzos de este mes circularon versiones extraoficiales sobre la posible implementación de algunas medidas de flexibilización de las sanciones a Cuba, pero fuentes de la administración Biden lo desmintieron.
Este miércoles, el representante permanente de Cuba ante Naciones Unidas, Pedro Luis Pedroso, aseguró que entre La Habana y Washington “hay una esperanza renovada de reconciliación”.
Pedroso habló ante estudiantes de la Escuela de Negocios de la Universidad de Quinnipiac, en Connecticut, donde defendió la posibilidad de establecer "una asociación económica pacífica y próspera" entre Cuba y Estados Unidos.
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