A Denis, un joven cubano ciego residente en Pinar del Río, su discapacidad no le es impedimento para realizar trabajos técnicos que van desde la reparación de computadoras hasta el arreglo de equipos electrodomésticos.
“He desarmado una lavadora completa y no he fallado”, dijo Denis en una entrevista para la televisora local Tele Pinar. "Me gusta la electrónica y creo que la limitación física que yo padezco no me es ningún impedimento para realizar algunas cosas, como estas".
El invidente pinareño demostró que su limitación visual no le imposibilita hacer labores técnicas como "armar una computadora, darle mantenimiento, limpiarla; desarmar una lavadora, instalarle los motores, los temporizadores” y darle mantenimiento a un ventilador.
Aunque para reconocer los colores de los cables en los trabajos mecánicos necesita la ayuda de alguien que vea, puede distinguir a dónde conducen según el patrón del fabricante.
A Denis una computadora le sirve "para realizar todo lo que yo quiera, lo mismo que hace una persona vidente, lo hago yo en mi computadora que tiene un lector de pantalla, que es creado para nosotros", afirmó.
Cuando el periodista le preguntó si no se equivoca dentro de la placa de una computadora, Denis respondió que no. "No debo equivocarme porque yo conozco parámetros, donde sé que si me equivoco, el error se paga caro", contestó resuelto.
“Todo eso soy capaz de hacerlo", aseguró. A los ventiladores les devuelve su correcto funcionamiento: “Menos enrollarlos, yo les hago de todo, cambiarle los bujes a las tapas, darles mantenimiento, limpiarlos, aceitarlos, engrasarlos”, añadió.
Mediante el tacto Denis puede saber si el buje de un ventilador funciona y detectar su avería.
El impulso para realizar labores técnicas le llegó a través de un vecino suyo, ingeniero en electrónica, que notó sus habilidades. "Se dio cuenta de mi interés por la electrónica y de mi tacto, y me dijo que a través de mi tacto y usando el cerebro, yo era capaz de lograr lo que realizo hoy en día", contó.
Denis, que es licenciado en música y se desempeña como instructor de arte en el seminternado Francisco Gómez Toro, del municipio Mantua, confesó que debe compartir con la música su pasión por la electrónica.
En el extremo opuesto del país, en Guantánamo, una niña con discapacidad visual fue víctima de discriminación en mayo pasado, cuando le negaron la matrícula en una escuela de arte a causa de su limitación.
Sin embargo, María de Jesús Veranez Cala, de nueve años, tuvo la oportunidad de probar su talento en el canto, luego de que su madre denunciara públicamente que los profesores del centro no querían matricularla por su impedimento físico. Después de realizar la prueba, la niña fue preseleccionada y pasó la primera fase de evaluación en la escuela de arte.
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