Ana de Armas es una de las actrices del momento gracias a su papel como Marilyn Monroe en la película Blonde ,que la ha lanzado a la fama, aunque cuando comenzó en el mundo de la actuación no podía quizás imaginar que llegaría a este punto en su carrera.
"Mi corazón pertenece a Cuba, pero sabía que tenía que salir de allí para crecer. Siempre estuve al tanto del techo muy bajo que lamentablemente tienen los artistas cubanos y la gente en general. Sabía que tenía más que hacer, más que aprender", confesó la actriz en una entrevista reciente para AnOther.
"Crecí viendo de todo, desde Titanic hasta Terminator, pero siempre supe que la realidad estaba muy lejos de mi realidad. Los niños en los Estados Unidos, creen que pueden ser princesas porque puedes comprar un vestido de princesa y una corona de princesa y convertirte en una. Nunca tuve eso. Ni siquiera sabía a qué sabía una manzana”, dijo de Armas a esa publicación.
Su infancia y adolescencia en Santa Cruz del Norte y en La Habana fue como la de muchos niños cubanos; según recordó para AnOther: "Estás en un país donde no tienes mucho contacto con el mundo, estás en una especie de burbuja. Pero de alguna manera eso te hace concentrarte en la vida y las amistades en lugar de todo el ruido".
"Crecí descalza, corriendo sobre las rocas junto a la playa, nadando. Mis amigos y yo realizamos obras de teatro para los vecinos. Tenía algo para trepar postes de luz y árboles, y estaba obsesionada con rescatar gatos y perros de la calle: todos los días volvía con un nuevo animal y volvía loca a mi madre", añadió la actriz
Viviendo y estudiando en la capital de la isla en la Escuela Nacional de Arte consiguió interpretar, con solo 16 años, a una adolescente que buscaba salir de Cuba en la película Una rosa de Francia. No obstante, en la escuela desaprobaban que los estudiantes se insertaran en el mundo laboral.
"Pero no me importó. En mi opinión, no había mejor escuela que un set de filmación. Así que hice ambas cosas: a menudo me quedaba dormida en clase, pero me ponía al día con lo que me perdía", aseguró Ana de Armas.
La ahora estrella de Hollywood encontró sus primeros referentes en su tierra natal: “Los actores cubanos eran más identificables conmigo -Daisy Granados, Isabel Santos, Verónica Lynn- esos eran los actores a los que admiraba. Pensé que estaría haciendo eso, no Marilyn”.
Salió de la isla rumbo a España, incluso sin terminar su carrera, por la misma razón que muchos cubanos, intentando buscar un mejor futuro: "Estar sola en España fue muy duro. Nunca se me pasó por la cabeza volver, pero fue difícil. Nunca había estado en ningún otro lugar antes y fue un gran choque cultural. Para ser honesta, comencé a comer dulces, chocolate y donas, todo lo que nunca había tenido cuando era más joven".
En el país ibérico alcanzó mucha popularidad con su actuación en la serie El Internado, pero llegó un momento en que se sintió estancada y encasillada en papeles adolescentes, y decidió seguir hacia Estados Unidos, donde no faltaron los retos, el verse sola otra vez y con la barrera del idioma en medio.
Vendrían después papeles menores hasta llegar a otros más importantes como en Blade Runner 2049, Deep Water y su reciente protagónico en The Gray Man, pero el camino hasta allí fue largo y difícil, sobre todo por ser una cubana, una latina intentando triunfar en la gran industria del cine.
Quizás por mirar atrás, a sus inicios, cuando le pidieron años más tarde que audicionara para interpretar a Marilyn Monroe, pensó que era “bastante surrealista”, pero quiso asumir ese reto y la respuesta de si valió la pena a la vista está.
Puede haber críticas, pero sobran los elogios para Ana de Armas, quien sin lugar a dudas ha llegado lejos, mucho más de lo que una vez pudo imaginar e incluso soñar.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: