La selección cubana que asiste a la Copa Mundial Sub-23 de Béisbol volvió a caer por la vía de la lechada, esta vez ante Corea del Sur, que decidió el encuentro con un Grand Slam en el séptimo y definitivo episodio del partido.
En el terreno de Taiwán, los criollos fueron nuevamente improductivos en home plate y se limitaron a tres indiscutibles (antes habían conectado solo dos en la derrota 5x0 versus Puerto Rico), y otra vez quedaron a deber las dos mejores piezas de su artillería, Pedro Pablo Revilla y Guillermo García.
Tal como sucedió ante los boricuas, el tercero y cuarto bates del equipo -dos elementos contratados en la pelota japonesa- se combinaron para cinco turnos fallidos, tres de ellos con ponches incluidos.
Desde el box antillano, el abridor Oscar Hernández y el relevista Frank Abel Álvarez trabajaron un global de cinco entradas sólidas (dos imparables, tres boletos y cinco strikeouts).
Distinta fue la suerte que corrió luego Andy Vargas, que otorgó par de bases y soportó dos hits, uno de los cuales fue el bambinazo con los ángulos cuajados del hombre clave del line up asiático, el jardinero izquierdo Seunghwan Song.
La próxima salida de los dirigidsos por Alain Álvarez será mañana contra Holanda, que también arrastra dos reveses en la cita.
La selección nacional se armó con un elevado porcentaje de los jugadores que unos meses atrás se proclamaron subcampeones en el panamericano de Aguascalientes, México, donde la dirección de la escuadra decidió adelantar el regreso a La Habana de los atletas Alfredo Fadraga y Yosvany Ávalos, quienes habían abandonado el equipo y luego retornaron al hotel.
No obstante, la experiencia más dura de una escuadra Sub-23 cubana se produjo en la Copa Mundial de 2021, una vez que 12 de sus integrantes (la mitad de la nómina) decidieron no retornar a la Isla.
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