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Una cubana de unos 60 años que intentaba llegar a Estados Unidos fue rescatada por otros dos migrantes y por agentes de la Patrulla Fronteriza, tras ser abandonada por coyotes en la frontera mexicana.
La mujer, identificada como Elsa, fue dejada a su suerte por unos traficantes en el paso de la frontera entre México y el estado de Arizona, en medio de la oscuridad.
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Un video compartido por el programa Primer Impacto, de Univisión, muestra el desgarrador rescate de la mujer, quien andaba medio descalza después de perder un zapato al cruzar el río.
"Aguántame, que me caigo", dijo casi desvanecida a dos compatriotas que la encontraron y la tomaron de las manos para ayudarla a seguir.
"Ay, por favor, que me ahogo, tengo mareos", expresó con un hálito de voz.
Sus gritos fueron escuchados por agentes de la Patrulla Fronteriza estadounidense que también le dieron asistencia, gracias a la cual pudo llegar adonde estaba el resto de migrantes, en la zona donde se levanta el muro fronterizo.
"Ayúdame, mijita. No me dejen sola", suplicó.
Cada vez se conocen más historias de personas de avanzada edad que se van de Cuba y se lanzan a atravesar países centroamericanos para alcanzar la frontera entre México y Estados Unidos, en busca de una vida sin privaciones y escaseces para sus últimos años.
A principios de mes, un matrimonio de ancianos: él de 82 años y ella de 73, cruzaron la frontera para reunirse con su familia.
"De milagro hemos llegado aquí", dijo el hombre a una periodista.
Otra cubana de 86 años con serios problemas de salud que incluyen artrosis severa en la rodilla y cuatro quistes, llegó en poco más de 20 días a Estados Unidos, cruzando fronteras desde Nicaragua.
"Estuve por carreteras, entre montañas, entre precipicios. Mucho riesgo por donde quiera. Todos los días era un susto distinto, un nerviosismo... todos los días de Dios", relató Esther García.
En junio, un anciano de 83 años llegó a Estados Unidos tras caminar casi tres horas por el desierto mexicano hasta la frontera.
Esber Rodríguez, natural de Holguín, salió de Cuba con su hijo un mes antes, y ambos realizaron un largo y difícil viaje por seis países hasta su destino final.
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