El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel dijo a los máximos dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) que la supervivencia de la revolución está en juego.
En medio de la profunda crisis que atraviesa el país, el mandatario clausuró un Pleno Extraordinario del Comité Nacional de la organización, en el que se aprobó una estrategia para fortalecer su papel actual.
"Seguimos teniendo retos muy difíciles, en los cuales va la supervivencia de la revolución cubana y que no será posible afrontar sin la presencia de los jóvenes", señaló.
El líder convocó a la UJC a tocar las puertas de las administraciones y del Partido para exigir atención y respuestas, "con respeto y apego a las normas".
"La UJC tiene que estar todo el tiempo pulsando estados de ánimo, insatisfacciones, las quejas, y actuar rápido para revertirlas, con la única fórmula que funciona en una sociedad como la nuestra: la participación activa y real", subrayó.
También ordenó "atender" a aquellos jóvenes, militantes o no, con ganas de innovar, aportar y generar nuevos conocimientos, y a dejar que demuestren lo que pueden dar, evitando manifestaciones que afectan esas potencialidades como "la envidia, los celos, los prejuicios y los esquemas mentales".
La UJC, que se autodefine como "vanguardia de la juventud cubana", sirve para garantizar la continuidad generacional en el Partido, y para formar dirigentes que con el tiempo ocuparán cargos de mayor relevancia.
Pero en el contexto actual, marcado por la crisis económica y social, y con miles de jóvenes tratando de irse del país como sea, la organización política está preocupada porque sus filas se desinflan.
En febrero de este año, la prensa oficialista cubana abordó el rechazo de los jóvenes a pertenecer al Partido, aunque hayan sido integrantes de la UJC.
El periódico Girón, de Matanzas, afirmó que muchos militantes, cuando les proponen pasar al PCC, actúan "como niños que se niegan a comer un alimento sin siquiera probarlo", y usan pretextos como falta de madurez y preparación para evadir así el llamado proceso de crecimiento.
A comienzos de año, Díaz-Canel convocó a los científicos a sumarse a una política integral para la atención a jóvenes y niños, con el fin de frenar el éxodo de cubanos.
El gobernante anunció un programa, dirigido por la Academia de Ciencias de Cuba, que ayude a que los jóvenes "encuentren su proyecto de vida en el país", y alertó que si no existe atención diferenciada a la juventud "se rompe la continuidad de la revolución".
Por ello, instó a los científicos a dar propuestas rápidas para solucionar problemáticas que arrastra el régimen desde hace décadas, como el empobrecimiento, la depauperación de la sociedad, la crisis migratoria y en envejecimiento poblacional.
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