La industria alimentaria en Camagüey recurre a materias primas sustitutas como la harina de arroz, de yuca o el suero lácteo para aumentar la oferta de alimentos en medio de la escasez.
“La gente tiene un grado de creatividad alto sobre la producción de alimentos, lo que ha permitido aumentar la oferta de productos”, afirmó, durante una visita al territorio Juan Carlos Domínguez, presidente Grupo Empresarial de la Industria Agroalimentaria, de acuerdo con el reporte del telecentro local TV Camagüey.
Intentando mantener el tono optimista que caracteriza a la propaganda estatal, el funcionario estimó que en 2023 la provincia debe alcanzar mejores niveles productivos que este año, aunque no para satisfacer la demanda de la población.
“No llegaremos a lo que las personas demandan, pero si vamos a tener una mejora en la oferta”, comentó
Además, Domínguez evaluó la remodelación de la línea de sacrificio del matadero de la ciudad y la de la industria del lácteo, las “dos grandes inversiones” que su grupo realiza en el territorio.
Hace unos días se conoció que una fábrica estatal de Camagüey produce hamburguesas y croquetas con yuca, tras crisis con la harina de trigo en el país, según reporte de medios oficialistas.
La Cooperativa del Créditos y Servicio 26 de Julio del municipio Jimaguayú procesa la yuca para obtener una harina que emplean para elaborar croquetas y hamburguesas.
Para ello, procesan la yuca con una maquinaria que molía galletas, luego de quitarle la cáscara de manera manual, secarla al sol entre tres a cuatro días para después moler el tubérculo hasta convertirlo en harina.
La fábrica logra producir unas 3,5 toneladas de esa harina al mes, con la que se elaboran cada día unas 7,000 croquetas y hasta unas 600 hamburguesas que luego se comercializan a la población camagüeyana.
La idea es lograr producir diez toneladas mensuales de esta harina y extender esta práctica a otros territorios de la provincia.
En los últimos meses “soluciones creativas” como la del suero desechable y la harina de yuca han aparecido en los medios oficialistas para respaldar la pésima gestión del gobierno de la isla para solucionar la crisis alimentaria, provocando la indignación de los miles de cubanos que se ven obligados a consumir estos productos.
En julio, directivos y trabajadores de la empresa de la Industria Alimentaria de Ciego de Ávila recurrieron a la harina de yuca y de arroz para “revertir saldos negativos”, como parte de las acciones enmarcadas en las “43 medidas destinadas al fortalecimiento de la empresa estatal”.
Innovadores de dicha empresa estatal construyeron una planta para producir harina de yuca. Todos los meses la planta produce más de seis toneladas del producto, una cantidad insuficiente, pero que “permite proteger algunas elaboraciones”.
También en la vecina Sancti Spíritus, por esas fechas sus autoridades salieron a defender el uso de la yuca, calabaza, boniato, arroz y ñame como extensores para producir galletas y dulces, una alternativa alimentaria que revivió las prácticas de los años más cruentos del período especial en los 90, del pasado siglo, ante la escasez de harina de trigo.
En mayo último, también la empresa provincial de la industria alimentaria de Ciego de Ávila comenzó a elaborar galletas de sal, dulces y el pan liberado, empleando de harina de yuca que ella misma produce, ante la imposibilidad de obtener harina de trigo.
Esa es una de las vías que encontró la entidad para poder seguir funcionando, tras cerrar el 2021 con 35 millones de pérdidas.
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