El chef Raidel Iván García es un cubanoamericano, natural de Arroyo Naranjo, La Habana, conocido en las redes sociales como El Jamaliche. Se ha ganado el cariño de su público en poco tiempo, con videos divertidos, en los que enseña a cocinar.
Más de 44 mil seguidores en Instagram, de 159 mil en TikTok, de 142 mil en Facebook y de 8 mil en YouTube. La audiencia de El Jamaliche crece cada día, por eso CiberCuba conversó con el popular cocinero para descubrir detalles de su historia.
¿Cómo fue tu inicio en la profesión de cocinero?
Fue un poco gracioso porque uno se empieza a relacionar con la cocina por lo general siendo niño. Yo era un jamaliche desde que nací. En mi barrio había un terreno con cultivos y tenían una malanga que no es comestible, pero la arranqué, la llevé para mi casa y le dije a mi abuela que me la cocinara.
Ella era muy complaciente y me dijo “no, eso no se puede comer”, pero yo tenía 6 o 7 años, y era caprichoso. Pelé yo mismo la malanga, la eché en una cazuela con agua y la puse a cocinar.
Se gastó el agua y aquello no se ablandaba, pero como quería comérmela, así mismo me la metí en la boca. Me dio una picazón que aquello fue tremendo. Ahí entonces mi abuela me empezó a enseñar a cocinar y me enamoré de esa profesión.
¿Qué significó estudiar en Le Cordon Bleu en Estados Unidos?
Le Cordon Bleu era mi sueño desde niño y lo logré. Estando dentro tuve varios descontentos por la forma en que se veía la escuela en Estados Unidos, pero al final quedan los buenos recuerdos y grandes amistades como la del Chef Carlos Orta o mis profesores.
¿Cuándo diste el salto a trabajar en las redes sociales?
En 2018 me reuní con el dueño de la página de Facebook Comida Cubana y comencé a hacer unos videos de recetas. Eran largos y se hacían aburridos. Trabajé unos tres meses y decidí parar.
Me alejé de las redes sociales para estudiar, aprender. Un tiempo después mi hija me dijo “papá, inténtalo nuevamente” y empecé, pero en mi propia página. Hice un video, se hizo viral y seguí trabajando, porque da mucho placer que la gente te vea y le guste lo que haces.
Por supuesto siempre hay alguien a quien no le gusta, pero los que disfrutan son más. Las redes sociales me han ayudado mucho a recuperar la confianza en mí mismo y en la cocina.
El Jamaliche es un personaje que... ¿Saca tu lado más auténtico?
El Jamaliche es un personaje, es una versión de mí mismo más desenfadado, más comunicativo, más cubano. Me acerca a mi gente, a mi pueblo, a mis raíces y por supuesto, a lo que verdaderamente soy.
El personaje surgió de casualidad, pero también de un trabajo constante porque primero yo era en las redes sociales el Chef Iván, pero eso fue cambiando. Ahora cada vez me parezco más a mi caricatura.
¿Cómo llegaste a lograr el diálogo con tus seguidores?
Mi eslogan es “Así es como yo lo hago”, porque pienso que cada cocinero desarrolla su plato a su manera.
Y esa es la intención del Jamaliche, llevar sus platos a todo el mundo de una manera desenfadada, fácil y dar la oportunidad a las personas de desarrollar su propia receta en casa.
¿Cuántas horas y recursos dedicas a la gestión de contenidos online?
Muchas personas piensan que el trabajo en redes sociales es simple, pero no saben que exige recursos y tiempo. Por ejemplo, no te regalan la comida, debes comprar todo. El trabajo exige todo el día. A veces me siento culpable cuando no tengo un video para llegar a las personas.
En el último mes he estado disperso, intentando reubicarme en Miami, y el movimiento de la familia ha sido complicado, pero aquí estamos, y los videos no han dejado de salir.
Primero piensas la receta, la estudias, la elaboras, grabas el proceso y luego editas para llevar el video a tres minutos. Después debes compartir el contenido en las redes sociales y estar atento a las reacciones de los seguidores. Este es mi trabajo y requiere todo el tiempo que sea necesario para llegar a las personas de la mejor manera.
¿Qué crees de la Comida Cubana? ¿Podremos salvar algo para las generaciones futuras o solo quedará un recetario de supervivencia?
La comida cubana se ha ido readaptando, no a los recursos sino a la escasez de recursos. Yo pienso que sí se salvarán cosas, pero no en Cuba. El que quiera comer comida cubana hoy tiene que venir a Miami.
Cuando llegué a Estados Unidos tuve la suerte de reencontrarme con la cultura culinaria cubana. El que quiera una comida auténtica, como se hacían en las casas antes, desgraciadamente no la podrá probar en la Cuba de hoy, no en la Cuba presa de la dictadura. Tienen que venir a la Florida a probarla.
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