El médico cubano Alexander Raúl Pupo Casas, quien llegó en julio a Estados Unidos, trabaja cargando cajas en un staffing en Florida, donde gana "unas 50 veces lo que cobraba en Cuba".
Pupo compartió un video en su muro de Facebook, en el que salió al paso a quienes lo critican por haber dejado su país, para irse a un lugar donde está lejos de su familia y no puede desarrollar su profesión.
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"En dos meses o tres meses tengo las cosas que nunca pude tener en Cuba, tengo la esperanza de volver a ejercer como médico, porque para eso me preparo. Y tengo todo lo que necesito, no solamente para estar tranquilo yo, sino para tener tranquila a mi familia", dijo.
"Prefiero ser mil veces un simple empleado en un país libre, que ser una persona reconocida y llena de lujos en un país esclavo", recalcó.
Pupo no llevaba todavía un mes en Estados Unidos, cuando mostró el progreso material que había alcanzado -se compró un carro-, y lo comparó con lo poco que logró en Cuba, a pesar de trabajar como médico.
"Ventiún días de trabajo en un país libre, como un simple obrero, me ha dado la posibilidad de tener lo que no hubiera tenido en 30 años trabajando como médico en un país esclavo. ¡Qué triste Cuba!", escribió en su Facebook.
Él y su colega Alexander Jesús Figueredo Izaguirre decidieron marcharse de Cuba tras haber sido expulsados de sus trabajos por sus denuncias al régimen en las redes sociales.
Figueredo, quien reside en Houston, también mostró el apartamento en el que entró a vivir tras pocas semanas de su arribo al país, donde lleva una vida digna como un ser humano.
"41 años, con 2 misiones de esclavo, más de 15 años de médico y dejé mi casa en Cuba por la mitad sin terminar de construir. Aquí a un mes tengo lo que jamás pude tener en tantos años", dijo.
Los dos galenos, quienes sufrieron represión por sus críticas al régimen cubano y sus denuncias del sistema de salud, pidieron ayuda en abril para irse de Cuba.
Por sus posicionamientos frente al régimen fueron inhabilitados para ejercer su profesión en la Isla. Entonces emprendieron una dura travesía por América Central y México, hasta que en julio llegaron a Estados Unidos.
"Hubo quien dijo que éramos financiados, que estábamos bien pagados por la CIA. Desdichadamente nos tocó vivir la emigración más difícil, sin VISAS, sin diplomáticos respaldándonos, prácticamente sin dinero. Nos tocó emigrar junto a los haitianos, bangladesíes, africanos, venezolanos, chinos, rusos. Nos tocó reconquistar el continente, sin más armas que nuestra fuerza de voluntad por ser libres", explicó Pupo durante el trayecto.
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