El exentrenador cubano de judo femenino Ronaldo Veitía Valdivié, quien arribó a Cuba en octubre tras dos meses hospitalizado en España, se encuentra en su casa en La Habana sin recibir apenas rehabilitación.
La periodista Julia Osendi informó en su muro de Facebook que Veitía fue trasladado hace diez días a su casa en el municipio Cotorro y no a un centro de rehabilitación como se esperaba.
Su hija Adianez, quien está al cuidado de su padre, relató que el doctor Pablo Castillo, director del Instituto de Medicina Deportiva, fue a la vivienda para palpar las condiciones que tendría el enfermo, y decidió que se quedara allí.
Pero en opinión de Osendi, esas condiciones "no son suficientes para, al menos, brindarle una atención más especializada que la que pueden darle en su casa los dos fisioterapeutas del territorio, por muy buena que sea".
"Después de su ingreso en el Hospital Ameijeiras, donde fue muy bien atendido, y manifestaron que Veitia debía hacer rehabilitación simple y que podía ir para la casa, el destacado entrenador sigue sin caminar, no se mueve, apenas come y solo conoce a su hija", dijo la exreportera.
La falta de atención al veterano profesor también fue criticada por Adianez Veitía.
"No entiendo a qué le llaman rehabilitación simple. Yo no soy de hablar, pero quizás piensen que ya él llegó a donde iba, o sea, a su final, y no han hecho por él lo que él merece", recalcó.
La periodista demandó a las autoridades que ayuden en todo lo que se pueda a la hija del antiguo entrenador, quien es su principal sostén.
Hasta el momento Veitía cuenta con una cama con colchón antiescaras y un sillón de ruedas, resultado de una gestión del hermano de Adianez. El INDER también le ha proporcionado pañales, pero no dan abasto. Su hija, madre de tres niños pequeños, necesita otros recursos, como toallitas húmedas y alimentos adecuados.
"Mi papá apenas come y si come es puré, gelatina, natillas…¡vaya! como un bebé", dijo.
La joven reconoció el apoyo que le han dado algunos dirigentes del Poder Popular y del INDER, así como deportistas.
"Hoy lo que tiene mi papá en el estómago es yogurt blanco que le pude conseguir y le gustó. Así vivo, lo poco que tengo se lo doy pero como te dije, él está comiendo papillas, y para eso no hay ayuda", concluyó su hija.
En agosto pasado Ronaldo Veitía, quien se encontraba en España junto a su hijo, nuera y tres nietos, sufrió un accidente neurovascular que lo llevó a ser ingresado en un hospital en la provincia valenciana de Alicante.
Dos meses después, tras superar la gravedad inicial, el exentrenador manifestó su deseo de volver a Cuba.
En octubre llegó a su país con su hijo, en un viaje pagado por el INDER.
"A tono con lo que consideramos un deber, accedimos a asumir los boletos aéreos para el destacado entrenador y un acompañante, en la clase dotada de las mayores facilidades existentes en la nave aérea, para contribuir al retorno a Cuba", anunció la institución.
Días antes, el hijo de Veitía preguntó en las redes si alguien podía acompañar a su padre en su viaje ya que él, aunque quería, no podía hacerlo porque su pasaporte había caducado, y las autoridades cubanas le informaron que el proceso de renovación demoraba hasta dos meses.
Por ello, solicitó ayuda a las autoridades cubanas o a algún organismo de salud internacional para poder tramitar su pasaporte de forma urgente, o un salvoconducto que le permitiera acompañar a su padre.
"Es una pena que una persona que ha dado innumerables glorias al deporte cubano (...) no pueda ser acompañado por quien ha estado durante este tiempo a su lado por un trámite burocrático", dijo entonces.
Veitía está considerado como uno de los mejores entrenadores de judo femenino del mundo. Durante tres décadas fue el preparador de la selección cubana, a la que llevó a conseguir un total de 24 medallas olímpicas: cinco de oro, nueve de plata y 10 de bronce.
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