El malecón de La Habana se convierte cada fin de semana en restaurante para ofrecer variadas ofertas gastronómicas en medio de una grave escasez de alimentos en Cuba.
El Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) promocionó en redes sociales la iniciativa como una “excelente oferta” a cargo del Complejo Recreativo Río Cristal y la Empresa de Restaurantes De La Habana, pero los precios exceden los bolsillos de los cubanos.
A juzgar por las publicaciones en Facebook de la Empresa de Restaurantes de La Habana y Río Cristal, llevan un mes con la "iniciativa" donde colocan varios puestos gastronómicos a lo largo del malecón.
De acuerdo con la información ofrecida por internautas, los restaurantes pertenecen a empresas estatales, "nuevos actores económicos", particulares, emprendedores, entre otros y abren hasta la medianoche.
En las fotos que acompañan la promoción de las ofertas aparecen los trabajadores de las empresas junto a las áreas gastronómicas. En el puesto correspondiente a Río Cristal los precios oscilan entre 150 y 600 pesos cubanos (CUP) por un platillo de arroz moro, carne de cerdo, ensalada, vianda y una cerveza.
El popular granizado que costaba apenas centavos en las calles cubanas, se comercializa a 10 CUP en el malecón.
"Como cada fin de semana visítenos en nuestras noches habaneras. Una representación de nuestros restaurantes con excelentes y variadas ofertas gastronómicas para toda la población", publicó en Facebook la Empresa de Restaurantes de La Habana con fotos donde se ostenta una decoración con frutas -vendidas en los mercados a altos precios- y todo tipo de bebidas en la barra del lugar.
En un video publicado este fin de semana se observan ciudadanos sentados a la mesa, bebiendo y escuchando la música de un conjunto de son en uno de los lugares de esparcimiento de los cubanos más concurridos de La Habana.
Lo que cada fin de semana simula ser un encadenamiento de restaurantes es una de las pocas opciones de recreación para quienes no pueden pagarse el consumo de un bar, un restaurante o un espectáculo cultural.
Ahora, ante la "iniciativa" del MINCIN, los cubanos deberán encontrar espacios intermedios entre los "restaurantes" para sentarse a conversar, beber, reír, o simplemente ver el mar desde el malecón.
Un internauta llegó a cuestionar si se trataba incluso de la privatización del malecón o continuaba siendo un espacio público para todos.
En un país con una de las mayores inflaciones del mundo y en medio de una escasez de alimentos preocupante, el gobierno implementa alternativas que ni siquiera están al alcance de quienes reciben un salario mínimo de 2,100 CUP o viven de su exigua pensión.
Recientemente trascendió en las redes el astronómico precio en que se comercializan los alimentos y bebidas en un círculo social de Playa, en La Habana, donde por una botella de ron Refino se llegó a pedir hasta 525 CUP.
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