Cientos de empleados de Twitter han renunciado en los últimos días luego de no aceptar el ultimátum del dueño de la compañía, el multimillonario Elon Musk, quien los ha conminado a aceptar una nueva cultura de trabajo o dejar de trabajar para la red social.
El ultimátum de Musk, que caducó el jueves al final de la jornada de trabajo, les exigía comprometerse con un modelo de trabajo 24/7 para construir lo que el magnate llama un Twitter 2.0.
Según reveló The New York Times, incluso algunos empleados decidieron desconectarse, en señal de protesta, de una videoconferencia en que Musk hablaba sobre el nuevo Twitter el jueves a las 5 de la tarde, justo después de que expirara el plazo dado por el nuevo director de la compañía.
“En el futuro, para construir un Twitter 2.0 rompedor y tener éxito en un mundo cada vez más competitivo, tendremos que ser extremadamente duros. Esto significará trabajar muchas horas a gran intensidad. Solo un rendimiento excepcional constituirá un aprobado”, se leía en el formulario enviado a los empleados, de acuerdo con el diario español El País.
En las oficinas de Twitter en San Francisco, se proyectaron insultos en la fachada contra Musk luego de la ola de renuncias, lo que resulta una evidencia más del quiebre entre el staff de la compañía y su dueño, y hace que ya muchos levanten voces de alarma sobre que puede estar cerca el fin de la red social.
“Bebé, parásito supremo, grano petulante, aprovechado del apartheid, oligarca sin ley, colonizador inseguro, acaparador cruel, Karen del espacio, niño mediocre, privilegio presionado, racista mezquino, megalómano, multimillonario sin valor y bebé en bancarrota”, fueron los mensajes que se podían leer desde la calle.
Luego de las renuncias, las sedes de las oficinas de Twitter fueron cerradas y se ordenó a los trabajadores permanecer en sus casas hasta el próximo lunes.
Además, en lo que Musk intenta convencer a algunos empleados esenciales que no aceptaron el ultimátum de que regresen, varios senadores demócratas han enviado una carta a la presidenta de la Comisión Federal de Comercio, pidiendo se abra una investigación sobre el caso.
Esta ola de renuncias ha puesto aún más en el ojo de la tormenta el manejo errático de la compañía por parte de Musk, quien se vio obligado a comprarla a finales de octubre por 44 mil millones de dólares, presionado por un mandato judicial, luego de haber cancelado un acuerdo multimillonario de adquisición en julio pasado.
Ante la incertidumbre que rodea a Twitter desde el arribo de Musk, y que ha supuesto la pérdida de anunciantes y patrocinio, el propio magante no descarta que tenga que declarar a la compañía en bancarrota.
En principio, la noticia del regreso de Musk al acuerdo de compra de la plataforma disparó las acciones de Twitter en la bolsa, con una escalada de más del 20 %
Pero, luego de que Musk se ha hecho cargo de la compañía, los desaciertos se han sucedido: despidió a empleados en puestos clave que luego se vio obligado a recontratar y lanzó una versión de autentificación de pago a la que tuvo que dar marcha atrás luego de que usuarios suplantaran a cuentas de empresas y personalidades.
El lanzamiento de este último servicio causó pérdidas económicas a algunas compañías luego de que los impostores validaran el pago de la marca azul para hacerse pasar por artistas y empresas prestigiosas, compartiendo información falsa en la red social.
Inicialmente la cifra a cobrar por la marca azul se estableció en 20 dólares, pero generó mucha polémica, no solo por el precio, sino porque algunos usuarios ya advertían lo que podría ocurrir con las autentificaciones.
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