Tahirí Lorenzo Prado, la madre del manifestante del 11J Andy García Lorenzo, realizó una protesta en solitario por la libertad de su hijo y responsabilizó a la Seguridad del Estado de la integridad física del preso político, quien habría sido amenazado de muerte en prisión.
La mujer, indignada tras una llamada telefónica con el joven, realizó la protesta en solitario con un cartel que exigía la libertad del prisionero por la calle Segunda de La Vigía hasta la Fiscalía de Villa Clara.
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Lorenzo Prado hizo la denuncia pública y acusó a la Seguridad del Estado y las autoridades de la prisión de usar a otros presos para amenazar a los jóvenes encarcelados por participar en las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021.
"Acabo de hablar con Andy y está siendo amenazado en prisión con que va a recibir una golpiza. Responsabilizo a la Seguridad del Estado de la integridad física de mi hijo", dijo indignada.
"Ustedes son unos delincuentes, los verdaderos asesinos son ustedes que están mandando a matar a los presos políticos dentro de la cárcel. Ni una amenaza más de muerte contra mi hijo", agregó.
Dijo que está "cansada de denunciar, de ir a la Fiscalía, a los tribunales, y no pasa nada".
"Denuncié a Roberto Rojo por golpear a mi hijo y no ha pasado nada. Mi hijo es inocente, ni una amenaza más de muerte", subrayó la mujer.
Jonathan López, su yerno, afirmó en Facebook que varios vecinos aseguraron que la madre de Andy discutió con agentes represores del régimen al llegar a Fiscalía, y luego fue llevada a su casa con la presión muy alta.
"Gracias a todo el que ha mandado mensajes de apoyo y por preocuparse. Ya estamos en la casa, mi mamá con la presión muy alta pero estamos bien", posteó asimismo su hija, Roxana García Lorenzo, quien se ha convertido en una férrea activista por la libertad de su hermano.
Recientemente Lorenzo Prado lamentó haber confiado en la justicia cubana y relató que durante su última huelga de hambre, Andy fue empujado por la cabeza contra el piso y arrastrado por el suelo de una celda por los propios guardias de la prisión.
El joven santaclareño fue condenado en abril a cuatro años de privación de libertad por su participación en el estallido antigubernamental del 11J, sanción que fue modificada a régimen abierto el 31 de mayo.
Sin embargo, posteriormente, fue detenido de nuevo para ser enviado a un campamento de trabajo forzado en régimen interno, y luego enviado de nuevo a presidio. Su hermana y demás familiares han sufrido un fuerte acoso del régimen cubano a causa de sus denuncias en redes.
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