Cuba está entre los cuatro países con más ciudadanos naturalizados en Estados Unidos en el año fiscal 2022, según datos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS).
El informe publicado por la agencia federal menciona las cifras generales de los inmigrantes nturalizados como ciudadanos estadounidenses en el FY2022 (30 de octubre de 2021 al 30 de septiembre de 2022), que sumaron en total 1,023,200, contando 967,400 adultos y los casos de niños que obtuvieron la ciudadanía de sus padres ciudadanos estadounidenses.
Es la tercera cifra anual más alta registrada en la historia de la nación americana.
Los países con mayor número de sus nacionales en los juramentos de lealtad en ceremonias de naturalización fueron México, India, Filipinas, Cuba y República Dominicana, por ese orden.
Aunque el reporte está en elaboración y aún no precisa las cifras por nacionalidades, la proporción de naturalizados se estima que será similar a la de 2021, cuando se naturalizaron 47,919 cubanos. Los nuevos datos estarían disponibles en el primer trimestre de 2023, conoció CiberCuba.
El año fiscal recién concluido solo fue superado por 1996 y 2008, cuando se naturalizaron 1,040,991 y 1,046,539 adultos, respectivamente.
En el FY2021 se naturalizaron como ciudadanos estadounidenses 113,000 inmigrantes de México; 57,043 de India; 48,478 de Filipinas; 47,919 de Cuba y 29,227 de China. Asimismo, la mayoría de las naturalizaciones ocurrieron en California (172,000), Florida (109,000) y Nueva York (90,000).
Entre los años fiscales 2000 al 2020 los cubanos figuraron entre las tres nacionalidades que más personas sumaron como ciudadanos de Estados Unidos, con casi medio millón en 20 años, revelaron cifras oficiales.
"Las estadísticas corroboran que los cubanos residentes en Estados Unidos se están haciendo ciudadanos de este país a un ritmo relativamente acelerado", dijo entonces a CiberCuba el profesor Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de Florida.
El académico atribuyó el hecho de que los cubanos tengan una mayor proporción de ciudadanos naturalizados en comparación con otros grupos de inmigrantes al factor de la Ley de Ajuste Cubano (CAA), que favorece la legalización expedita al año de permanencia en Estados Unidos.
Las naturalizaciones del año 2022 todavía serían migrantes beneficiados con la política "Pies secos, pies mojados", que fue eliminada en enero de 2017 por el expresidente Barack Obama. Después creció una población flotante de indocumentados que entraron por las fronteras y no pueden acogerse a la CAA.
El pasado 1 de diciembre trascendió el caso de una cubana de 111 años que juró como ciudadana de Estados Unidos en la oficina del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) de Orlando, en Florida. La agencia compartió en su cuenta de Twitter la imagen de la anciana, identificada como Ciriaca Entenza Cuéllar, sentada en una silla de ruedas y sosteniendo en su mano la bandera de Estados Unidos.
La mayoría de los ciudadanos naturalizados obtienen la ciudadanía después de vivir en Estados Unidos como residentes permanentes durante tres o cinco años, en dependencia del modo en que obtuvieron la residencia legal. Por ejemplo, los emigrantes que prestan servicio militar pueden acogerse a un proceso especial de naturalización acelerado.
Los solicitantes deben demostrar a través de un examen que saben leer, escribir y hablar inglés, y que comprenden la historia y el sistema de gobierno de Estados Unidos.
Una vez obtenida la ciudadanía los inmigrantes pueden votar en las elecciones federales, obtener pasaportes estadounidenses y patrocinar a familiares para que vengan a Estados Unidos mediante un proceso más rápido.
El pasado año el presidente Joe Biden ordenó a las agencias federales promover naturalizaciones mediante la eliminación de las barreras burocráticas en el proceso de ciudadanía, la aceleración de las adjudicaciones de casos y el desarrollo de una estrategia de todo el gobierno para alentar a los inmigrantes elegibles a convertirse en ciudadanos.
En ese momento USCIS desestimó una recomendación de la administración Trump de revisar las preguntas cívicas de naturalización. Muchos críticos explicaban que ese cuestionario era más difícil para los inmigrantes, muchos de los cuales no pasaban la prueba.
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