El Observatorio de Derechos Culturales (ODC) condenó los episodios de censura que se vivieron durante la reciente edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano en La Habana.
“El ODC condena la censura aplicada a reconocidos realizadores cubanos por parte de instituciones culturales oficiales, las cuales monopolizan los espacios de este tipo en el país dejando una plataforma escasa al cine independiente y crítico”, señaló este domingo el ente en una nota de prensa.
En ese sentido, resaltó “declaraciones de artistas y comisarios no exentas de polémica, que tuvieron como punto en común el criterio político.” Ejemplo de ello fueron las palabras del realizador cubano Carlos Lechuga que denunció maniobras de los organizadores del Festival para dejar su película, Vicenta B, fuera de concurso.
A pesar de haber sido realizada con el Fondo de Fomento del Cine Cubano que otorgara el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), la película fue agendada en horarios y ubicaciones desfavorables para entorpecer su difusión entre el público cubano.
“Su director ha roto públicamente con la Revolución cubana (…) Ha utilizado la presentación de la película en festivales internacionales como pasarela política para insultar y agredir a la Revolución cubana”, afirmó el presidente del ICAIC, Ramón Samada, para justificar la decisión.
El ODC también se refirió al acoso denunciado en redes sociales por el actor Daniel Triana Rubio, quien relató un episodio el día de la clausura que pone en evidencia la vigilancia del régimen sobre el Festival, por cuyos recintos comprobó que agentes de la Seguridad del Estado que le han reprimido en anteriores ocasiones estaban acreditados por la organización.
El silencio institucional en torno a realizadores cubanos que producen su cine en el exterior -como Pavel Giroud y su película El caso Padilla, o Miguel Coyula, director de Corazón Azul- también fue condenado por el ODC como forma de censura.
“La continuación de la carrera cinematográfica fuera del país tiene, en varios casos, repercusiones para aquellos realizadores cubanos que han sido críticos con el proceso cubano”, señaló el Observatorio.
Realizadores cubanos como Yimit Ramírez o José Luis Aparicio “han preferido buscar vías alternativas que implican la migración, el estigma institucional, la imposibilidad del público cubano de disfrutar de su patrimonio, así como la fractura del legado cultural cubano”, explicó el ente.
“El ODC advirtió también del secuestro de los certámenes e instituciones oficiales por parte de la policía política en asuntos que no comprometen la seguridad pública, pero que sirven para extender el poder y las posibilidades de acoso y amedrentamiento por parte de este órgano represivo”.
Por último, llamó a la solidaridad para con los realizadores nacionales por parte de artistas extranjeros asistentes a estos festivales, así como a la denuncia internacional del clima de represión y control que en ellos se vive.
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