Unión Europea y OPS instalan línea de producción de mascarillas en Cuba

La Unión Europea y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) instalaron una línea de producción de mascarillas en Cuba, como parte de un acuerdo de cooperación con el gobierno cubano para mitigar el impacto e salud de la emergencia de COVID-19, según información del organismo.

La máquina que produce mascarillas quedó instalada en el Centro de Tecnología Médica Digital COMBIOMED, con una capacidad productiva de hasta 1,800 unidades por hora, apuntó este miércoles en un comunicado la OPS.

Esta línea tiene entre sus principales objetivos aumentar las capacidades nacionales de producción de Equipos de Protección Personal (EPP) para trabajadores de salud involucrados en la atención a pacientes con COVID-19.

Las mascarillas que esta línea produce tienen un formato plegable, con cinco capas de fibras con base de polipropileno, y dispone de un clip nasal metálico no expuesto ubicado debajo de las fibras para ajustar el respirador a la morfología del rostro del usuario.

También su sujeción a la cabeza se realiza con tiras elásticas ajustadas que permiten el sellado facial. Además, el diseño no entorpece el campo visual ni interfiere en la respiración de las personas, apunta la nota de la OPS.

Esta máquina está estructurada por módulos, lo que hace muy fácil su mantenimiento, además de que aumenta al máximo su tiempo disponible para la producción y todos sus procesos están regulados por una unidad de control digital única, que permite que solo dos operarios manejen el flujo de producción de forma eficiente.

Cualquier falla relacionada con la elaboración de las mascarillas es detectada y corregidas en un mínimo tiempo, además de que tiene incluido un módulo de teleasistencia remota para hacer chequeos y correcciones de los parámetros operacionales desde la fábrica.

En julio último, el gobierno cubano volvió a exigir el uso obligatorio de la mascarilla en los medios de transporte colectivo y en los círculos infantiles, tras haber suspendido su uso el 31 de mayo, cuando se consideró que se había logrado controlar la pandemia.

Además, llamó a estimular el uso de la mascarilla en conglomerados de personas, y a exigir su empleo obligatorio en aquellas personas que presentan síntomas respiratorios.