Toby llegó a Estados Unidos el pasado 13 de noviembre a bordo de una embarcación junto a sus dueñas. Tras 28 días de cuarentena en un centro de procesamiento, el perrito balsero fue liberado y ahora se está adaptando a su nueva vida.
El animalito pertenece a Mariana Fernández León, una joven de 20 años condenada a cuatro años de trabajo correccional sin internamiento por manifestarse el 11 de julio de 2021. Ella y Toby tocaron tierra en Cayo Marquesas en compañía de su hermana Yaneris Redondo León, quien también fue condenada a siete años de prisión por participar en las protestas antigubernamentales.
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En declaraciones a CiberCuba Mariana cuenta cómo tomó la decisión de llevar a Toby con ellas –quienes estaban libres bajo fianza al momento de emprender la travesía– y detalles del viaje en una embarcación cargada de balseros cubanos.
“Toby vino conmigo en la misma embarcación que yo, yo decidí traerlo porque él es parte de mí, es parte de mi familia, mi bebé, el consentido de la casa. Y por la situación que yo tenía en Cuba yo sabía que cuando viniera Estados Unidos no podría regresar. Tenía miedo de dejarlo porque él es un perrito muy sensible, muy delicado con el tema de la alimentación y sabía que nadie lo iba a tratar como yo lo hacía. Entonces decidí traerlo conmigo”, explicó.
Afirma que el viaje por el Estrecho de Florida fue intenso, a pesar de que Toby –que el pasado 2 de septiembre cumplió dos años– se portó bien.
“Al principio fue un poquito complicado porque tuve que nadar con él para montarme en el barco y como éramos yo y mi hermana, mi hermana se montó primero y cuando yo vi que ella se montó le dije 'Tata, corre, coge al perro', ella agarró a Toby y entonces yo logré subirme a la embarcación”, señaló.
Cuenta que durante el viaje el perro estuvo intranquilo. “Es un perrito muy curioso y lo alteraba ver el mar por todas partes. Cuando llegamos a Cayo Marquesas todo el mundo entró en pánico y a la hora de tocar tierra él tuvo que nadar un poquito, pero es un perrito muy valiente y muy obediente”, comentó la joven.
Afirma que en inmigración los separaron. Las autoridades sanitarias me lo quitaron para procesarlo y estuvo 28 días en cuarentena en un centro de control de animales en Cayo Hueso.
“Yo llamaba adonde lo tenían y me hablaba muy bien de él, me decían que estaba muy bien, tranquilo, que allí recibía todas sus atenciones”, explicó.
Según su relato, el lunes le avisaron que ya podía recogerlo y al llegar a la instalación se lo entregaron “con todas sus vacunas, con los papeles, con chip, con las ayudas, comida, cama, juguetes”.
En un video enviado a nuestra publicación se ve a Toby muy emocionado al reencontrarse con Mariana. La joven asegura que “él está muy sano, muy bien, muy a gusto, aunque en shock todavía por estar 28 días en una jaula, cuando yo nunca lo amarré, ni lo aísle, se está adaptando nuevamente”, expresó feliz.
Recuerda que ella y su hermana sufrieron mucho acoso en la isla tras las protestas del 11J y se sintieron desesperadas cuando les llegó la sentencia.
“El principal motivo por el que me lo llevé conmigo fue porque yo sabía que ya no podría volver a Cuba. Dije, no, mi perro no se queda, mi perro se va conmigo porque allá [en Cuba] no hay comida para uno y él tiene que comer todos los días, nadie va a asumir esa responsabilidad”, reiteró.
“Cuando decidí llevármelo sabía que enfrentaba muchos riesgos, porque cruzar el mar no es una gracia, y en los momentos difíciles la gente me decía suelta al perro, suelta al perro, y yo ni muerta, y ahora está aquí conmigo”, explicó.
“Yo solo pensé Toby va a tener una vida mejor en Estados Unidos, una mejor alimentación. Él es mi familia y la familia no se deja atrás. Yo soy incapaz de dejarlo, incapaz de soltarlo”, agregó la joven.
Ahora Toby “se está acostumbrando a la comida nueva, a las bolitas, porque en Cuba el tema de la comida eran otros 20 pesos”, concluyó.
Toby, de dos años, es un perrito mestizo, de color café, talla mediana.
La actual crisis migratoria cubana ha llevado a miles de cubanos ha lanzarse al mar en busca de un mejor futuro fuera de su país. Cada vez con más frecuencia las noticias de balseros detenidos en costas de Florida reportan la llegada de mascotas migrantes. Algunas, las interceptadas por la Guardia Costera en el mar, han sido repatriadas junto a sus dueños.
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