Más de 34 mil familias viven en casas con pisos de tierra en la provincia de Granma, según fuentes oficiales.
En lo que va de 2022, en ese territorio oriental apenas se llegaron a eliminar 1,462 pisos de tierra en viviendas de los 35,834 que se registraban a comienzos del año, según reveló la Dirección Provincial de la Vivienda al periódico oficialista Granma.
El gobierno de la provincia, una de las más afectadas en Cuba por este problema, tenía previsto erradicar 4,439 pisos de tierra este año -una cifra ínfima con relación a la cantidad existente-, sin embargo, hasta inicios de diciembre solo se habían concretado 352 por la vía estatal y 1,110 por esfuerzo propio.
A pesar de que las autoridades promueven la erradicación de los pisos de tierra en el país y achacan la lentitud a un “escenario económico adverso”, reconocen que el avance ha sido insuficiente.
“Estamos enfrentando un año muy tenso en la producción de pisos”, confesó al medio oficialista Yesser Izaguirre Ojeda, director provincial de Vivienda en Granma.
En su argumento, el funcionario dijo que existía poca disponibilidad de cemento (del cual solo se había recibido el 20 % de lo planificado), mientras que el presupuesto no supera el 50 % del financiamiento que inicialmente se previó.
Según Izaguirre, el costo del trabajo constructivo para eliminar un piso de tierra sobrepasa los 15,000 pesos, por lo que este servicio en una vivienda de unos 50 metros cuadrados podría rondar los 25,000 pesos, de acuerdo con sus cálculos.
Municipios como Bayamo, Guisa y Niquero han podido avanzar con más de un centenar de viviendas, pero en otros territorios como Media Luna y Manzanillo no han rebasado ni siquiera la cifra de 40 erradicaciones por cada uno, apuntó Granma.
Según refirió el órgano oficial del Partido Comunista, el programa de pavimentación de viviendas "aunque no ha tenido pausas, sí ha sufrido la incidencia de cambios estructurales e impactos financieros que hoy limitan el alcance en muchos de sus posibles beneficiarios, y frenan el anhelo estatal de elevar la calidad de vida por ese concepto".
Ante el alto costo del servicio, los funcionarios "estudian" con los bancos la posibilidad de flexibilizar las formas de pago, para que se puedan extender los abonos de las personas que necesitan el servicio.
"No es lo mismo que usted tenga que pagar 15,000 o 20,000 pesos inmediatamente después de que se le realice la acción constructiva relacionada con la erradicación de un piso de tierra, a que pueda hacerlo, de acuerdo con sus ingresos, en una determinada cantidad de cuotas", dijo Izaguirre.
El costo por fabricarle el piso a una casa de 50 metros cuadrados representa casi 10 veces el salario mínimo percibido en Cuba, una suma a la que no todos los cubanos pueden acceder y que los mantendría endeudados con el banco.
Como "alternativas" para reducir el valor de la fabricación de pisos, se han llevado a la práctica algunas "variantes locales", expone el diario, como el uso de extensores del cemento (unión del cemento base P350 con otros derivados obtenidos a base de cal y zeolita para disminuir los costos) y la fabricación de pisos con ladrillo, madera y recortería de mármol.
De un plan inicial de 5,880 toneladas de cemento de resistencia P350 solo han recibido en la provincia unas 2,849 toneladas -un 48 %-, señaló Sulaida Ferrales Cover, directora de la empresa productora de Materiales de Construcción en Granma.
Incluso, a pesar de la mezcla de cemento con otros componentes, solo se logró la erradicación de unos 268 pisos de tierra por esa vía, a lo cual se suma la poca producción de mosaicos y baldosas, pues de lo previsto (20,931 metros cuadrados) solo se fabricó un 39 %.
Casi al cierre del año, más de 34 mil viviendas granmenses continuarán con pisos de tierra, una cifra que, aunque inferior a la de años anteriores, continúa siendo elevada.
El gobierno cubano reconoció que en 2021 quedaron pendientes 89,496 viviendas con pisos de tierra en el país, con un gran porcentaje de ellas ubicadas en Granma.
La crisis habitacional continúa siendo un tema álgido. Recientemente, el gobierno cubano reconoció que se incumplió en casi un 35 % el plan de construcción de casas para 2022, a pesar de que la deuda con la población se elevaba a 862,879 casas en 2021.
El vicepresidente Salvador Valdés Mesa argumentó que "se acumulan atrasos respecto al número de inmuebles planificados para este año", pues "al cierre de octubre se habían terminado 16,985 casas, el 76 % de lo previsto para la fecha".
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