El único hijo de la profesora cubanoamericana Alina López Miyares, presa en La Habana por una causa de espionaje desde 2017, lanzó este miércoles un urgente llamado a los gobiernos de Cuba y Estados Unidos para lograr la liberación inmediata de su madre por razones humanitarias.
“Aunque está en libertad condicional, mi madre se encuentra en una situación muy difícil, ha sufrido mucho y su salud está quebrantada… Seis años de prisión han sido demasiado para una mujer que ha perdido a sus dos padres sin poder despedirse de ellos”, dijo a CiberCuba Michael Peralta, hijo de Alina López.
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Peralta pidió un gesto de clemencia a las autoridades cubanas para que permitan a López viajar a Estados Unidos y participar en el sepelio de las cenizas de Alina Miyares, su madre, fallecida recientemente en Miami Beach.
Miyares murió el pasado septiembre a los 94 años, sin poder cumplir su insistente reclamo de abrazar a la hija antes de partir de este mundo. Respondiendo a su última voluntad, sus cenizas serán depositadas en un cementerio de Nueva Jersey, en una ceremonia privada el próximo 27 de diciembre.
Al producirse el deceso de Miyares, las autoridades estadounidenses gestionaron la posibilidad del viaje de López a Miami para darle el último adiós a su madre. El régimen cubano le negó el permiso, alegando la obligatoriedad del cumplimiento de la sanción en el país por motivos de seguridad nacional.
“Es una gran injusticia”, manifestó Peralta. “Mi madre no pudo ver más a mi abuelo y sería muy doloroso que tampoco pueda estar en esta ceremonia la semana próxima para enterrar a mi abuela”.
Peralta, de 32 años, se mudó de Los Angeles el pasado marzo para asistir a la abuela enferma en su apartamento de Miami Beach, donde falleció.
El padre de la prisionera, Juan Francisco López Vasconcelos, murió de 97 años en 2019, mientras ella cumplía su segundo año de sentencia en Cuba. La familia dice que la situación de la hija afectó profundamente su salud.
El pasado julio, el Tribunal Militar Territorial Occidental de La Habana le concedió la libertad condicional a López, considerando su buen comportamiento en prisión y sus padecimientos de salud. Pero la orden judicial precisa que debe permanecer en Cuba hasta 2030, cuando se extinga su condena de 13 años, sin la opción de recibir un pasaporte ni salir del territorio nacional.
Actualmente se encuentra residiendo en una vivienda alquilada en el barrio habanero del Vedado. Su hijo costea desde Miami los gastos de renta y las necesidades de alimentación y medicinas que la madre enfrenta en Cuba.
“Doy gracias a Dios de que pudo salir del encierro de un campamento y ruego por que esté bien y siga saludable”, expresó Peralta. “Desde aquí todos los meses le ayudo para pagar la renta y comprar comida, pero es un problema porque en Cuba no hay nada y pasa trabajo para conseguir los alimentos”.
Pero la apelación del joven cubanoamericano por el retorno de su madre también va dirigida a la administración de Joe Biden, convencido de que la liberación de López no se ha gestionado como una prioridad de política exterior.
Su cuestionamiento apunta al reciente canje de prisioneros entre Washington y Moscú que posibilitó la liberación de la estelar basquetbolista estadounidense Brittney Griner a cambio del traficante de armas ruso Viktor Bout.
“Estoy decepcionado”, afirmó Peralta. “No entiendo que haya que ser famoso para ser prioridad para este país en una gestión de intercambio de prisioneros… Me alegro por Griner, porque no deseo el sufrimiento de nadie, pero ella cometió un delito común en Rusia y cambiarla por un terrorista cuando hay un exmarine que ha estado cuatro años preso en Rusia [Paul Whelan] no me parece justo”.
Consideró que López es una ciudadana estadounidense que como profesora aportó numerosas contribuciones a causas sociales y humanitarias en este país, “pero no es famosa”.
“La forma en que ha actuado este gobierno no me permite tener esperanzas de ver llegar a mi madre a Estados Unidos antes de 2030”, confesó Peralta.
El abogado Jason Poblete, director de Global Liberty Alliance y representante del caso de Alina López en Estados Unidos, opinó que el canje de Griner sienta un terrible precedente para las negociaciones sobre prisioneros estadounidenses alrededor del mundo.
“La selección de casos en función del estatus de celebridad y otros factores no relevantes perjudicará a la política estadounidense en materia de rehenes y a los esfuerzos en Rusia y otros países”, dijo Poblete, que abogó por una supervisión del Congreso en audiencias públicas.
Poblete dijo a CiberCuba que es esencial que funcionarios de la administración Biden y el Congreso defiendan “los derechos fundamentales de ciudadanos estadounidenses en Cuba, empezando por el caso de Alina López”.
El abogado declinó referirse al estado de las gestiones emprendidas por altos funcionarios estadounidenses ante el gobierno cubano en favor del caso de su clienta. En días recientes circularon versiones extraoficiales sobre una posible amnistía de presos en Cuba y Venezuela como parte de esfuerzos coordinados por la Iglesia Católica, entre los cuales López estaría incluida.
López fue arrestada en La Habana en enero de 2017 cuando se disponía a tomar un vuelo a Estados Unidos. Estaba casada con Félix Martín Milanés Fajardo, un exdiplomático cubano ante Naciones Unidas y veterano oficial de la Dirección de Inteligencia, y había completado trámites de repatriación a Cuba.
El matrimonio fue investigado por la contrainteligencia cubana y acusado por supuestamente proporcionar información de carácter secreto con perjuicio para la seguridad nacional. Milanés Fajardo fue condenado a 17 años de cárcel.
El excontratista estadounidense Alan Gross, quien fue condenado a 15 años de prisión por espionaje en Cuba y liberado como parte de negociaciones bilaterales en 2014, ha estado al tanto del caso de López.
Gross vivió una experiencia similar a ella, pues su madre Evelyn Gross murió a los 92 años en Texas, en 2014, sin que el gobierno cubano le permitiera asistir al funeral.
“Mi corazón está con ella”, dijo Gross en un mensaje enviado a Alina a través de CiberCuba.
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