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Agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) que investigaban un posible secuestro en el suroeste de Miami-Dade acabaron arrestando a un hombre que operaba en su vivienda una gran red de peleas de gallos.
El sujeto, identificado como Leonardo Cabrera, de 59 años, fue detenido después de un allanamiento policial en su propiedad, situada en el 24000 de Southwest 123rd Avenue, en una parte semirrural de la comunidad de Princeton, en Homestead, según precisó la prensa local citando el informe del arresto.
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En el lugar los agentes descubrieron instalaciones para la celebración de peleas de gallos, entre ellas un cuadrilátero, así como parafernalia habitual en ese tipo de eventos ilegales como jeringuillas y espuelas.
Además encontraron varios gallos encerrados en jaulas que tenían las plumas rapadas, un procedimiento habitual en tales prácticas.
Tras el hallazgo, los agentes federales dieron parte a la policía de Miami-Dade.
Imágenes difundidas por la televisión local mostraron a agentes de varias instancias policiales revisando el lugar, además de funcionarios de servicios animales y un veterinario forense.
Leonardo Cabrera fue encausado por tres delitos graves de peleas de gallos y crueldad animal. Al individuo le fue impuesta una fianza de 15 mil dólares.
El informe de arresto no establece si los informes de una “posible víctima de secuestro” fueron fundados, ni tampoco si Cabrera era el objeto directo de esa investigación.
No ha trascendido la nacionalidad de origen del imputado.
No es el primer hallazgo de este tipo en el condado de Miami-Dade en los últimos meses.
En junio de este año, Lázaro Agramonte, un hombre de origen cubano y 62 años, compareció en la corte de Miami-Dade acusado de organizar peleas de gallos y de posesión de marihuana.
En el momento de la detención a Agramonte le confiscaron, tambén en Homestead, gallos de pelea y parafernalia habitual en ese tipo de actividad, así como cinco libras de marihuana.
En abril, Miguel Ángel Rodríguez, un cubano de 47 años, también fue arrestado luego de que la unidad de investigaciones generales de Kendall, en Miami-Dade, ejecutara una orden de registro en su residencia, donde encontraron a unos cien gallos.
En ese caso el acusado enfrentó varios cargos por crueldad animal, pues en su propiedad las autoridades hallaron además del centenar de gallos -algunos de ellos muertos- dos rings de entrenamiento para peleas de aves, así como medicamentos, jeringuillas y espuelas.
Las peleas de gallo son ilegales en todos los estados norteamericanos y Florida es uno de los 42 territorios de Estados Unidos en que es considerado un delito grave.
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