El año más desastroso: 12 sucesos que marcaron a Cuba y los cubanos en 2022

En los pasados 12 meses, Cuba enfrentó el azote del monstruoso huracán Ian, vio arder la base de Supertanqueros de Matanzas, se estremeció con la devastadora explosión del Hotel Saratoga en La Habana, padeció una nueva era de apagones y penurias infinitas y experimentó el mayor éxodo de su historia reciente. El país necesita desesperadamente un 2023 con mejores augurios de esperanza y futuro.


Este artículo es de hace 1 año

Si 2021 quedó definitivamente marcado como el año de las históricas protestas del 11J, el 2022 permanecerá registrado en la memoria cubana como el más desastroso para el país en las últimas seis décadas.

Es difícil poder repasar un año de la historia contemporánea cubana con semejantes signos de catástrofes naturales, desatinos económicos y quebrantos sociales. Nunca antes nuestros compatriotas encararon la dura realidad de la nación con tanto infortunio, combinándose los designios de la mala suerte con la inconmensurable incapacidad de un régimen que sobrevive a fuerza de represión y desfachatez política.


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Pensar que en los pasados 12 meses Cuba enfrentó el paso del monstruoso huracán Ian, vio arder la base de Supertanqueros de Matanzas, se estremeció con la devastadora explosión del Hotel Saratoga en La Habana, padeció una nueva era de apagones y penurias infinitas y experimentó el mayor éxodo de su historia reciente, da la medida de que el país necesita desesperadamente un 2023 con mejores augurios de esperanza y futuro.

Esta es una relación de 12 acontecimientos o temas noticiosos que alcanzaron una gran repercusión en la vida política, social y económica del país en el año que termina. Como en años anteriores, este listado se ha elaborado siguiendo criterios selectivos de un grupo de editores y periodistas de CiberCuba y está abierto a la crítica y las sugerencias de los lectores.

1. Crisis migratoria: Un país en fuga

La hecatombe económica y social del país, la represión gubernamental y la desesperanza en el futuro nacional derivaron en el mayor éxodo irregular de cubanos en la historia contemporánea. Los cubanos se marchan a todas partes, sean las lejanas Serbia o Turquía si les resulta imposible un territorio latinoamericano desde donde emprender luego travesía hasta Estados Unidos. Todas las estadísticas de estampidas precedentes palidecieron al lado de las entradas registradas por puntos fronterizos de Estados Unidos en los últimos 12 meses. El año fiscal 2022, concluido el pasado 30 de septiembre, acumuló la llegada de 224,607 cubanos por vía terrestre, de ellos 220,908 por la frontera de México, lo que representa un crecimiento del 83 por ciento con relación al ya disparado FY2021. Mientras, otros 6,182 cubanos trataron de llegar a través del mar y fueron capturados por la Guardia Costera, la mayor cantidad desde la crisis de los balseros de 1994.Si se revisan las cifras del último trimestre, los pronósticos resultan aún más alarmantes: cerca de 100 mil han intentado entrar por puntos fronterizos y 3,884 han sido interceptados en el mar.

Hay también un desgarrador rastro de muerte en esta imparable avalancha de cubanos hacia Estados Unidos. Tanto la aventura martítima por el Estrecho de Florida como el recorrido a través de la ruta centroamericana dejaron una larga estela de ahogados, desparecidos, secuestrados y asesinados en salidas ilegales, operaciones de contrabando humano y peligrosos cruces por la Selva del Darién y los recónditos parajes de Honduras, Guatemala y México, a mercer de bandas de traficantes y estafadores.

El país se queda sin jóvenes y el sentimiento de fuga embarga todo el ámbito nacional, y se despuebla. Al cierre del año, los cubanos de la isla cuentan menos de 11 millones. La tragedia de una nación no puede ser más desoladora cuando se escapa el porvenir.

2. Apagón total de Cuba

Apagón en La Habana. Foto: Twitter / Marcos PV

El país se vio, literalmente, a oscuras. Al recrudecimiento de las carencias de alimentos y medicinas se sumó la mayor crisis energética del país en 20 años, con una ola de apagones que conmocionó a la población en toda la geografía de la isla. Las interrupciones eléctricas comenzaron a manifestarse desde principios de año, desatando una inusual marejada de manifestaciones callejeras y protestas en centros estudiantiles. Las principales termoeléctricas de país afrontaron averías y fallas como consecuencia de la desestabilización de los servicios, la falta de mantenimiento general y la nula capacidad de inversión financiera. La noche del 18 de agosto un apagón general dejó en tinieblas a múltiples zonas de la ciudad de La Habana como un símbolo de la oscuridad de la vida cubana actual. Un mes después, la noche del 28 de septiembre, las tinieblas abarcaron todo el territorio nacional, luego de los daños causados por el huracán Ian. Demoró varios días en restablecerse el fluido eléctrico, más de una semana para algunas poblaciones y comunidades. Las afectaciones por déficit de energía eléctrica en los horarios pico superaron los 1,200 MW diarios en los meses de verano. La crisis energética movilizó a la dirigencia del país y el propio gobernante Miguel Díaz-Canel realizó varias intervenciones especiales en la televisión nacional para apaciguar la insatisfacción ciudadana y prometer una mejoría para diciembre. Como chivos expiatorios de la crisis fueron sustituidos en octubre el ministro de Energía y Minas y el director de la Unión Eléctrica (UNE). El gobierno gestionó la llegada de centrales eléctricas flotantes desde Turquía para sincronizarlas al Sistema Electroenergético Nacional (SEN) y paliar el déficit eléctrico. La crisis ha amainado para fines de año, pero los cubanos no creen que la solución será permanente en un país conminado a la provisionalidad. Hace 18 años, en mayo de 2004, cuando se produjo el colapso del SEN por averías de la termoeléctrica “Antonio Guiteras”, Fidel Castro lanzó la llamada Revolución Energética como solución definitiva para propiciar “un sistema eléctrico sin fallas y suficiente para toda la nación”. La realidad cubana es hoy totalmente la negación de su pronóstico pretencioso.

3. Debacle alimentaria, inflación y colapso del sistema sanitario

El desabastecimiento de productos alimenticios, los precios exorbitantes y la carestía de la vida cotidiana se combinaron con el agravamiento de la crisis de servicios y medicamentos en el sistema sanitario. Buscar comida se convirtió en una agonía cotidiana, saturada de interminables colas desde horas de la madrugada. El gobierno culpó a revendedores y acaparadores por el desastre, impuso brigadas oficialistas contra los coleros y lanzó planes de emergencia como la llamada “soberanía alimentaria”, un programa que presuntamente dotará a la nación de la capacidad para producir alimentos de forma sostenible. Los precios inalcanzables de la carne de cerdo en el mercado liberado forzaron al gobierno a vender porciones de hasta ocho libras del producto por núcleo familiar el fin de año para compensar el agravio de los ciudadanos; el costo de la libra de cerdo osciló entre 190 y 200 pesos cubanos. Pero otros precios y otras ausencias se multiplicaron en la cotidianidad cubana, desde el arroz hasta la leche, sin que los salarios y pensiones pudieran contener los embates de la inflación galopante. Aunque en el lenguaje oficial “el país tiene una inflación inducida o una inflación importada”, según el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, la realidad cubana y los análisis independientes dibujan un panorama bien diferente. El índice mundial del economista Steve H. Hanke, de la Universidad Johns Hopkins, sitúa a Cuba con un índice inflacionario del 175% y una devaluación del 71% del CUP respecto al dólar.

El colapso sanitario no constituyó una novedad en el panorama de penurias nacionales, sino que prolongó sus efectos nefastos sobre la población. La carencia de medicinas, déficit de personal especializado y aseguramientos mínimos en consultas, policlínicos y hospitales golpeó duramente a los cubanos, mientras el régimen continuó su política de exportación de médicos a países como México e Italia.

Al concluir la última semana del año, las autoridades del Ministerio de Salud Pública confirmaron que el dengue mantenía casos de transmisión en 13 provincias, 32 municipios y 50 áreas sanitarias del país. Durante 2022, el dengue fue una de las enfermedades de mayor prevalencia e hizo colapsar varios servicios hospitalarios del país.

4. Protestas públicas: La indignación popular en las calles

Manifestantes habaneros toman la calle Línea en el Vedado. Foto: CiberCuba

Las dificultades cotidianas acumuladas y la inclemencia de los apagones sacaron a la luz pública la indignación popular. Las manifestaciones del 11-J fueron la clarinada masiva de la ira de los cubanos en situación límite, y la avalancha de protestas que siguieron en 2022 dejaron claro a las autoridades que la población no estaba dispuesta a callar y tolerar como hasta entonces. Fue un punto de giro que ya no solo involucró a jóvenes descontentos y desafectos, sino que cientos de personas orgánicamente incorporadas a la vida pública comenzaron a sentir la necesidad de manifestar su rechazo a la incapacidad gubernamental para resolver las necesidades mínimas de su familia, desde los alimentos hasta la vivienda. Los estallidos recorrieron la isla entera, con cacerolazos y desfiles por las calles de ciudades y pueblos a manera de reacción en cadena. En junio, estudiantes becados de la Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte” protagonizaron una protesta masiva por los continuos apagones y la consiguiente falta de agua en el recinto. En agosto, el punto climático estuvo en las desafiantes protestas callejeras de los pobladores de Nuevitas, detonadas también por los apagones. El gobierno respondió con represión y amenazas de encausar a los beligerantes, pero las manifestaciones no se detuvieron a lo largo del país. Los cubanos dejaron definitivamente atrás el silencio.

5. Explosión en Hotel Saratoga

El 6 de mayo, a las 10:50 de la mañana, una potente explosión destruyó el emblemático Hotel Saratoga, en el centro histórico de La Habana. La tragedia conmocionó y envolvió en el dolor a un país entero, que se mantuvo en vilo durante prolongadas jornadas de rescate de víctimas entre los escombros del edificio. El siniestro dejó 99 personas lesionadas; 47 de ellas fallecieron, incluidos cuatro niños. Entre los muertos figuró la ciudadana española Cristina López-Cerón Ugarte, quien paseaba junto a su pareja por las inmediaciones del hotel al producirse el estallido. También se dañaron las estructuras de edificaciones cercanas como una escuela primaria, la iglesia bautista El Calvario y el mítico Teatro Martí. En total se reportaron 23 edificios afectados por la onda expansiva, de ellos 17 pertenecientes a viviendas. La explosión se atribuye a una fuga de gas durante su trasvase a las instalaciones del hotel, que se encontraba en operaciones de mantenimiento para abrir luego de estar cerrado durante la pandemia de coronavirus. Pero falta todavía el reporte final de daños y las conclusiones de la investigación. Arquitectos e ingenieros especializados han asegurado que la estructura del Saratoga es salvable para acometer una segunda restauración del inmueble. Sin embargo, el sentimiento de los habaneros es que la capital cubana fue despojada de un pedazo primordial de su patrimonio arquitectónico y su memoria cultural.

6. Incendio en Base de Supertanqueros de Matanzas

Fuertes explosiones en la Base de Supertanqueros de Matanzas. Foto: Captura de video casero

El 5 de agosto, un rayo desató un voraz incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, dejando como trágico saldo 17 muertos, 146 heridos y la destrucción del principal almacén de combustibles del país, con secuelas profundas para el ecosistema en la zona. Según testimonios de bomberos y oficiales del Ministerio del Interior, fallaron todos los sistemas de seguridad por deterioro y falta de mantenimiento. Nunca antes el país había enfrentado una catástrofe de semejante magnitud, provocada por un fuego desatado. El incendio, cuyos daños siguen sin ser cuantificados por las autoridades, calcinó los cuatro tanques principales, instalaciones auxiliares y un grupo electrógeno; contaminó las aguas, y ocho familias perdieron sus casas, situadas en las inmediaciones de la Base de Supertanqueros. Las familias afectadas permanecen aún en albergues en "La Jaiba", pese a las promesas gubernamentales de entrega de casas y anuncios de la prensa, desmentidos por los propios damnificados. El gobierno requirió cooperación internacional que llegó incluso desde Estados Unidos, con asistencia técnica y envío de equipamiento para bomberos en una iniciativa inédita en las relaciones bilaterales.

7. Condenas judiciales, represión y destierro de opositores

Si 2021 fue el año del 11J, 2022 fue el de la imposición y ratificación de largas condenas judiciales, destierros de opositores y represión contra los ciudadanos, que han seguido manifestando su descontento por diferentes vías y escenarios. La plataforma Justicia 11J documentó las sentencias de 635 personas juzgadas en juicios ordinarios tras las protestas masivas del 11J, de los que la inmensa mayoría ha interpuesto recursos de apelación y/o casación. Unas 285 personas esperan aún sus juicios, 135 están en prisión y otras 233 permanecen sin conclusiones provisionales que les permitan la fase de juicio oral. Antes de los encarcelamientos masivos, el gobierno cubano mantenía bajo arresto a unos 120 presos políticos, pero la cifra superó los 1,100 en momentos de mayor intensidad represiva, incluidos menores de edad y adolescentes, y pese a que la mayoría se había manifestado pacíficamente. Paralelamente, el gobierno de Díaz-Canel organizó el destierro selectivo de opositores, activistas, artistas y periodistas, algunos impedidos de regresar a Cuba desde el exterior pese a que no participaron directamente en el 11J y conservan residencia y propiedades en la isla. La estrategia gubernamental ha conseguido así el superobjetivo de descabezar, desarticular y expulsar del escenario natural para su activismo a una nueva generación de activistas y opositores, entre ellos prominentes intelectuales y artistas, en una movida similar a la batida represiva y posterior expulsión del país de los arrestados en la Primavera Negra de 2003. Los casos de Anamely Ramos, Omara Ruiz Urquiola y Carlos Manuel Álvarez provocaron la repulsa de la comunidad exiliada y críticas de organismos defensores de derechos humanos, así como del gobierno de Estados Unidos, la Unión Europea y la OEA.

8. Aprobación de la compra-venta del dólar

Bajo la presión de un pujante mercado informal, el gobierno cubano anunció la apertura de un mercado cambiario oficial para la compraventa de divisas a la población. El 4 de agosto se inició solo la compra de divisas a los cubanos como un paso inicial de un proceso cambiario que acepta todas las monedas, pero cuyo máximo foco para transacciones es el dólar estadounidense. El gobierno estableció inicialmente una tasa de 1x120 pesos cubanos, y 20 días después abrió la venta de dólares a 123.60 CUP en unidades de Casas de Cambio (CADECA) y entidades bancarias en todo del país, con un tope de 100 dólares o equivalente en otra moneda. No obstante, la vitalidad del mercado informal de divisas no sucumbió ante la estrategia gubernamental. El dólar estadounidense llega a fin de año a un valor de 173 CUP en el mercado informal, mientras que en las casas de cambio del gobierno está a 1 x 124.80 CUP. Durante la rendición de cuenta de su gestión en 2022 ante el Parlamento cubano, el gobernante Miguel Díaz-Canel reconoció que existe “una dolarización parcial” de la economía del país.

9. Estragos catastróficos del huracán Ian en el occidente de Cuba

Destrucción en San Juan y Martínez. Foto: Facebook / Evelyn Corbillón Díaz

Un descuido notable de las autoridades -inmersas en un referéndum sobre el Código de las Familias- facilitó que el huracán Ian arrasara parte de la provincia de Pinar del Río, el 27 de septiembre, cuando más de 102 mil viviendas quedaron derruidas o parcialmente dañadas, dejando sin casas a 84 mil familias, según datos oficiales. Los municipios de Pinar del Río, San Luis, San Juan y Martínez, Consolación del Sur, Viñales y Minas de Matahambre sufrieron los peores embates de Ian, que inutilizó el sistema de Defensa Civil cubano, reconocido internacionalmente por el número bajo de víctimas mortales, que esta vez fueron cinco, incluidos dos técnicos de la Unión Eléctrica que trabajaban en la reparación de líneas de alta y media tensión. La devastación del país agregó otro peldaño bajo la furia de la naturaleza. Los estragos del huracán posibilitaron el primer acuerdo, en años, entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos para recibir ayuda, gestionada por la USAID y otras instituciones estadounidenses, habituales blancos de las críticas de La Habana por su financiamiento a opositores y activistas.

El paso de Ian también provocó daños estratosféricos y la pérdida de más de 100 vidas humanas en el área de Fort Myers, en el suroeste de Florida, donde reside una notable población hispana, con una emergente comunidad cubana.

10. Escalada de violencia social y feminicidios

La violencia siguió creciendo en Cuba, con asesinatos, homicidios, desapariciones, asaltos violentos y broncas multitudinarias en las largas colas para comprar alimentos. Como nunca antes en la historia cubana reciente afloraron los casos de crímenes violentos, como el ocurrido en Sancti Spíritus contra el profesor Santiago Morgado, asesinado a comienzos de julio. Morgado fue seguido y asesinado por malhechores que buscaban apropiarse de su motocicleta para venderla y usar el dinero con el propósito de emigrar a Estados Unidos. La miseria material ha derivado en un estado anímico de inseguridad y desafueros de agresión como la sociedad nunca había percibido de manera tan brutal. Añadidos a estos incidentes, el incremento de feminicidios es un hecho altamente perturbador, coincidiendo con la aprobación de un nuevo Código de las Familias. Hasta mediados de diciembre, organizaciones feministas independientes han reportado 34 muertes de mujeres a manos de sus parejas y/o ex parejas, motivando que la Red Femenina de Cuba haya exigido la promulgación de una Ley Integral de Género, petición que el gobierno aplazó hasta 2028 en un anunciado reajuste del calendario legislativo oficial. Por primera vez Cuba fue incluida en el Mapa Latinoamericano de Feminicidios, una iniciativa que registra los crímenes contra mujeres reportados en países de la región y constituye un factor para exigir a los estados la creación de políticas públicas para erradicar la violencia de género. Un hito en la violencia estatal en Cuba ocurrió a finales de octubre, cuando una lancha de Tropas Guardafronteras embistió a una embarcación implicada en un acto de contrabando humano, causando la muerte de siete personas, incluida una niña de dos años. Sobrevivientes de la tragedia y familiares de las víctimas han denunciado la maniobra agresiva de la lancha gubernamental y presiones de la Seguridad del Estado para que cambien sus testimonios sobre lo ocurrido.

11. Éxodo de deportistas cubanos

El deporte cubano sufrió una sangría histórica en 2022. No solo abandonaron el país campeones mundiales y olímpicos, sino que partieron también promesas juveniles y luminarias retiradas que dieron gloria al pabellón nacional. Los campeones olímpicos Andy Cruz (boxeo), Fernando Dayán Jorge (canotaje) e Ismael Borrero (lucha greco), junto a la titular mundial Yaimé Pérez (lanzamiento del disco), encabezaron la relación de atletas cubanos en activo que abandonaron el país a lo largo del año. Otras figuras de primer nivel que se sumaron a la estampida fueron los boxeadores Billy Rodríguez y Osvel Caballero, integrantes ambos de la escuadra Domadores de Cuba que incursionó en los cuadriláteros profesionales, y Daniel Peró, quien llegó a Estados Unidos acompañado de la fama de ser el mejor peso completo amateur del boxeo cubano; y la voleibolista Yamisleydis Viltres, uno de los puntales de la escuadra nacional.

El béisbol continuó encabezando la estampida de figuras consagradas y talentos en ciernes, como los lanzadores Yunior Tur y Yosimar Cousin, quienes llegaron a República Dominicana con el sueño de triunfar en Grandes Ligas. Entre las leyendas retiradas, estrellas como Ciro Silvino Licea, Yoelvis Fiss y Gervasio Miguel se añadieron al listado de la fuga a Estados Unidos. Se estima que más de 400 deportistas en activo o retirados abandonaron Cuba en el último año, tanto por vías regulares como irregulares.

12. Carreteras del terror: Ola de accidentes de tránsito

Accidente en el Malecón de La Habana. Foto: Facebook/Accidentes Buses & Camiones...

El estado de las carreteras cubanas es parte consustancial a la depauperación del país, pero también se añaden al panorama los descarrilamientos de trenes de carga por la situación de las vías férreas y el desbarate operacional del sistema ferroviario.

Los accidentes de tránsito, con saldos mortales, se han convertido en una epidemia nacional. De enero a octubre de 2022, ocurrieron en Cuba 8,187 accidentes de tránsito, un 27% más que los ocurridos el año anterior, según la estadística oficial. En esos 10 meses, los accidentes causaron la muerte de 566 personas, además de que otras 6,175 resultaron lesionadas, cifras que representan un 41% y un 36% de incrementos, respectivamente.

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