La administración de Joe Biden anunció este jueves que comenzará a rechazar de inmediato a los cubanos, haitianos y nicaragüenses que crucen ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos, en una estrategia para controlar la crisis migratoria y regular la entrada al país mediante un plan de visados humanitarios a solicitantes de asilo.
El anuncio lo hizo el presidente Joe Biden desde la Casa Blanca, quien explicó que Estados Unidos ha establecido un acuerdo con el gobierno de México para enviar de vuelta a los inmigrantes que ingresen ilegalmente por puntos fronterizos.
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"No se presenten sin más en la frontera... Quédense donde están y soliciten legalmente [refugio] desde allí", advirtió Biden durante una conferencia de prensa, flanqueado por la vicepresidenta Kamala Harris.
El programa lanzado por Biden concederá 30,000 visados mensuales (parole) a solicitantes de Cuba, Nicaragua y Haití, ampliando una iniciativa implementada desde el pasado octubre para frenar la entrada de venezolanos por puntos fronterizos con México. El estimado será a razón de 7,500 visas al mes por cada país seleccionado para beneficiarse del programa.
Bajo el plan, que entrará en vigor de inmediato, Estados Unidos ofrecerá la posibilidad de obtener permiso de trabajo a inmigrantes de estas nacionalidades, siempre que cumplan los requisitos de entrada legal al país, cuenten con la elegibilidad de un patrocinador y pasen la verificación de antecedentes en el chequeo de seguridad nacional.
Biden adelantó la medida en vísperas de su primera visita como presidente a la frontera, por la zona de El Paso, Texas, el próximo domingo, para dialogar con líderes comunitarios y funcionarios locales. Luego continuará viaje a Ciudad de México para reunirse con representantes gubernamentales y abordar asuntos de seguridad fronteriza y colaboración regional en la X Cumbre de Líderes de América del Norte.
Biden, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente Andrés Manuel López Obrador, se reunirán del 9 al 11 de enero en el Palacio Nacional de México, y entre los temas prioritarios de la agencia están la migración y la seguridad como eje de los vínculos entre los tres países.
"Este será un proceso ordenado, seguro y humanitario", manifestó Biden, quien precisó que el plan se mantendrá vigente con independencia de si el Tribunal Supremo de Estados Unidos elimina la regulación de salud pública conocida como Título 42, la cual permite a las autoridades fronterizas rechazar peticiones de asilo y proceder a expulsiones inmediatas.
Los funcionarios de las dependencias del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) comenzarán a denegar solicitudes de asilo a los inmigrantes que traten de saltarse las vías legales a partir de ahora, desconociendo el procedimiento de hacer la petición mediante una aplicación en línea desde fuera del territorio estadounidense.
Biden informó que México aceptará hasta 30,000 inmigrantes al mes con nacionalidades de países que intenten cruzar la frontera por tierra o a nado y sean capturados por las autoridades estadounidenses. La estrategia implica también a otros gobiernos de la región centroamericana para impedir el otorgamiento de salvoconductos a inmigrantes de paso por sus territorios en camino a Estados Unidos.
El presidente también anunció una ofensiva contra los contrabandistas en coordinación con las autoridades mexicanas, lo cual registra ya la detención de más de 700 personas involucradas en el tráfico de personas en la llamada "ruta centroamericana" hacia la frontera desde el peligroso Paso del Darién, a un costo de miles de dólares.
Las personas que entren en Estados Unidos, México o Panamá sin autorización tras el anuncio de este jueves no podrán acogerse a los beneficios migratorios del programa y serán expulsados del país.
A partir del viernes, el DHS abrirá las solicitudes online para las personas que cumplan los requisitos y deseen solicitar la entrada legal a Estados Unidos.
Las expectativas de las autoridades estadounidenses es poder frenar el flujo descontrolado desde Cuba, Nicaragua y Haití, que muestran cifras exorbitantes de inmigrantes por la frontera sur desde el pasado año.
Biden mencionó en su intervención que desde el establecimiento del programa de visas (parole) para los venezolanos en octubre, las entrada de inmigrantes de esa nacionalidad experimentó un drástico descenso de casi un 90 por ciento, por lo que se espera que haya un comportamiento similar en el caso de los cubanos, nicaragüenses y haitianos.
En el caso de los cubanos, un total de 220,908 inmigrantes arribaron por la frontera sur durante el año fiscal 2022, que concluyó el pasado 1 de octubre, Desde entonces, la cifra ha escalado a más de 100,000 en los primeros tres meses del período fiscal 2023 (FY2023).
Si se suman las entradas de nacionales de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití en el presente año fiscal, el registro de arribos oficiales (octubre-noviembre de 2022) se monta en 160,815 inmigrantes irregulares.
Pero la alarma sobre el éxodo cubano no solo proviene de la frontera de México. En los últimos cinco días una avalancha de más de 500 cubanos por vía marítima inundó zonas de los Cayos de Florida, obligando incluso al cierre del Parque Nacional de Dry Tortugas. En lo que se ha cumplido del FY2023, un total de 4,153 balseros cubanos han sido interceptados por la Guardia Costera de Estados Unidos y puestos en proceso de repatriación.
Biden reconoció que esta no es una solución permanente, pues se requiere transformar el sistema de inmigración de Estados Unidos a través de leyes aprobadas por el Congreso.
"Las acciones que estamos anunciando hoy mejorarán las cosas, pero no solucionarán el problema fronterizo por completo", dijo Biden, que exhortó a los legisladores de ambos partidos a actuar en consecuencia.
El presidente lamentó que un último esfuerzo bipartidista en el Congreso para establecer nuevas leyes de inmigración fracasó poco antes de que los republicanos se hicieran con la mayoría en la Cámara de Representantes este enero.
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