Las autoridades estadounidenses en conjunto con las mexicanas comenzaron a expulsar a migrantes irregulares cubanos que ingresaron por la frontera sur, amparados en el Título 42 y las nuevas medidas tomadas por la administración de Biden.
“Continúan con las expulsiones de cubanos y nicaragüenses por Eagle Pass y Piedras Negras. Este es el tercer grupo del día y serán más los migrantes que serán expulsados y transportados al interior de Mexico”, indicó este sábado en Facebook el periodista Auden Cabello.
En un video compartido por el reportero de la Voz de las Américas, se aprecia a un grupo de jóvenes cubanos siendo escoltados por autoridades mexicanas que los hacen descender de camionetas con el rotulo de la Secretaría de Gobernación y el Instituto Nacional de Migración (INM).
En fila india y con las manos en la espalda, los agentes mexicanos les hacen entrar en unas dependencias del INM. Previo a este paso, según el periodista Daniel Benítez, las autoridades estadounidenses hacen el traspaso de los emigrantes devueltos a sus homólogos mexicanos.
Esta operación se hace sobre el puente de Eagle Pass, para lo cual cierran sus vías al tráfico y transfieren a los cubanos de las camionetas de los agentes de la Patrulla Fronteriza (CBP) a las de los agentes del INM.
En su reporte, Benítez mostró el testimonio dado a su colega Mario J. Pentón por una emigrante cubana que fue devuelta a México. Según relató, pasó la frontera por Mexicali y los agentes de la Patrulla Fronteriza les tomaron los datos. Incluso le tomaron las huellas y les entregaron los formularios de contacto a los familiares en Estados Unidos.
Sin embargo, luego de dos horas los llamaron a unas oficinas y les informaron que serían expulsados bajo el Título 42, incluso aquellos que alegaban “miedo creíble” y cuyos testimonios no habían sido escuchados.
"No se presenten sin más en la frontera... Quédense donde están y soliciten legalmente [refugio] desde allí", advirtió el presidente Joe Biden el pasado jueves durante una conferencia de prensa, flanqueado por la vicepresidenta Kamala Harris, para anunciar que comenzará a rechazar de inmediato a los cubanos, haitianos y nicaragüenses que crucen ilegalmente la frontera sur.
La estrategia de la administración Biden pretende controlar la crisis migratoria y regular la entrada al país mediante un plan de visados humanitarios a solicitantes de asilo, y se sustenta en un acuerdo con el gobierno de México para enviar de vuelta a los inmigrantes que ingresen ilegalmente por puntos fronterizos.
El programa contempla la concesión de 30,000 visados mensuales (parole) a solicitantes de Cuba, Nicaragua y Haití. Sin embargo, los migrantes que sean expulsados por tratar de entrar por la frontera sur no podrán volver a solicitar su entrada en Estados Unidos por cinco años.
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