Un total de 180 migrantes cubanos que fueron expulsados de Estados Unidos arribaron este martes al estado de Sonora, en México.
Las autoridades mexicanas habilitaron el complejo deportivo Ana Gabriela Guevara, donde instalaron decenas de carpas para albergar a los recién llegados.
Un funcionario del Instituto Nacional de Migración (INM) reveló al portal Informador que los migrantes que ingresan a territorio estadounidense por Texas están siendo expulsados por Sonoyta, una ciudad mexicana situada en el noroeste de Sonora.
Una vez que llegan a la estación migratoria son trasladados al albergue en Hermosillo, la capital del estado, donde son censados y reciben atención integral, que incluye alimentos y ropa donada por la sociedad civil.
El albergue está regentado por las Secretarías de Desarrollo Social, Salud, Gobierno, Protección Civil y personal especializado en la atención a migrantes.
Una de las cubanas expulsadas por el gobierno estadounidense, identificada como Adisleidi Estrada, comentó que tras recorrer las calles de Hermosillo y ver el trato solidario que le dieron sus habitantes, piensa que es un buen lugar para vivir.
Estrada, maestra de 37 años y natural de Camagüey, salió con su esposo de Cuba, donde aún permanecen sus dos hijos. Su intención es regresar por ellos.
"El trayecto mío es para ir a Estados Unidos. En caso de que no pueda por X motivo, me quedo en este país. Me gusta México", aseguró.
Luego de que el presidente Joe Biden anunciara nuevas medidas para frenar la llegada ilegal de migrantes a Estados Unidos por la frontera sur, las autoridades de ese país, de conjunto con las mexicanas, comenzaron a expulsar a migrantes irregulares cubanos y a transportarlos al interior de México.
"No se presenten sin más en la frontera... Quédense donde están y soliciten legalmente [refugio] desde allí", advirtió Biden el pasado jueves, en conferencia de prensa en la que anunció que comenzaría a rechazar de inmediato a los cubanos, haitianos y nicaragüenses que crucen ilegalmente la frontera sur.
La estrategia de la Casa Blanca pretende controlar la crisis migratoria y regular la entrada al país mediante un plan de visados humanitarios a solicitantes de asilo, y se sustenta en un acuerdo con el gobierno de México para enviar de vuelta a los inmigrantes que ingresen ilegalmente por puntos fronterizos.
El programa contempla la concesión de 30,000 visados mensuales (parole) a solicitantes de Cuba, Nicaragua y Haití. Sin embargo, los migrantes que sean expulsados por tratar de ingresar por la frontera sur no podrán volver a solicitar su entrada en Estados Unidos durante cinco años.
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