¿Qué discutirán EE.UU. y Cuba en reunión en La Habana la próxima semana?

La próxima cita en La Habana ha estado antecedida por viajes de altos funcionarios estadounidenses, y visitas de congresistas y hombres de negocios partidarios de normalizar las relaciones con Cuba y retornar la política de Estados Unidos a los días de la era Obama.

Embajada de Estados Unidos en La Habana © CiberCuba
Embajada de Estados Unidos en La Habana Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 1 año

En marcha sobre rieles el programa de parole humanitario y restablecidas plenas funciones consulares en la embajada de Estados Unidos en La Habana, la administración de Joe Biden de apresta a reanudar el llamado “Diálogo sobre aplicación de la ley” con el gobierno cubano, la próxima semana.

La delegación de alto nivel que viajará a La Habana para una reunión de asuntos multidireccionales estará integrada por representantes de los departamentos de Estado, Justicia y Seguridad Nacional (DHS), lo que implica que junto a diplomáticos van a estar funcionarios del FBI y de las agencias de control migratorio como la Guardia Costera (USCG), el Departamento de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).


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Las cuatro ediciones precedentes del "Diálogo sobre aplicación de la ley", entre 2015 y 2018, fueron resultado de la era de deshielo impulsada por la administración de Barack Obama, y marcaron un puente de cooperación en áreas de interés bilateral en las que Estados Unidos trató de sacar provecho en materia de control y repatriación de migrantes, acuerdos de deportación, devolución de algunos fugitivos de la justicia estadounidense y enfrentamiento al tráfico de drogas.

Mientras, Cuba ganaba terreno con la salida de la lista de naciones patrocinadoras del terrorismo y las flexibilizaciones del embargo que dictaron cinco paquetes de medidas desde Washington.

Junto con esta iniciativa se propiciaron dos rondas de negociación sobre la compensación de propiedades confiscadas por el régimen cubano a partir de 1959, sin avances sustanciales, y congeladas tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la activación del Título III de la Ley Helms-Burton.

Aunque el panorama de las relaciones bilaterales es muy distinto al que propició el diálogo en noviembre de 2015, no puede obviarse que en los últimos meses Washington ha dado pasos para ajustar las diferencias hacia una normalización de los vínculos diplomáticos y favorecer negociaciones en áreas de beneficio común, enrumbados a bajar las tensiones que precedieron la llegada del nuevo encargado de negocios en La Habana, Benjamin Ziff.

La próxima cita en La Habana ha estado antecedida por viajes de altos funcionarios del Departamento de Estado y el DHS, y visitas de congresistas y hombres de negocios partidarios de normalizar las relaciones con Cuba y retornar la política de Estados Unidos a los días de máxima apertura, sobrepasando las barreras levantadas por la administración Trump.

Para algunos analistas, una figura estratégica en el empujón final de acercamiento a Cuba ha sido el exsenador demócrata Chris Dodd, quien fue nombrado asesor presidencial especial para asuntos hemisféricos, el pasado noviembre. En sus años en el Congreso como representante (1975-1981) y senador (1981-2011), Dodd fue un ferviente partidario de normalizar las relaciones con Cuba y un fuerte opositor del embargo.

A partir de las declaraciones enviadas por un funcionario del Departamento de Estado y otras consultas hechas por CiberCuba a fuentes de la administración Biden y analistas del tema cubano, estos son algunos de los puntos de la agenda que pudiera estar sobre la mesa en el encuentro en La Habana:

  • Flujo migratorio ilegal y repatriación de interceptados. A pesar de medidas excepcionales para parar la creciente avalancha migratoria irregular, las salidas siguen produciéndose y el volumen de intercepciones y detenciones en el sur de Florida sigue siendo alto. La Guardia Costera advirtió este jueves que sus tripulaciones repatriarán a cualquier persona que intente entrar ilegalmente en Estados Unidos por mar. Las incursiones en la frontera marítima resultarán en expulsión inmediata y los capturados perderán la elegibilidad para las opciones legales de inmigración. Se estima que el tema tenga seguimiento en una nueva ronda de conversaciones migratorias, prevista para abril.
  • Tráfico humano. Cooperación para detectar y capturar las operaciones de contrabandistas en el Estrecho de Florida. En los últimos meses, los equipos de investigación de DHS y otras agencias federales, estatales y locales han reforzado el rastreo y la identificación de individuos y redes de contrabando humano que operan desde el sur de Florida, mayormente de origen cubano. Se calcula que más del 60 por ciento de los viajes de inmigrantes cubanos son generados por traficantes que compromenten a recién llegados para retornar a Cuba y hasta para fabricar embarcaciones de tránsito.
  • Fraude migratorio. Falsificación de documentos de viaje y certificaciones falsas presentadas ante autoridades de Estados Unidos.
  • Deportación. Fecha de reanudación de los vuelos de ICE detenidos desde diciembre de 2020. Reconsideración de las listas de cubanos con orden final de deportación, que suman más de 42 mil. Se suman ahora las deportaciones de los expulsados hacia México.
  • Narcotráfico en el Estrecho de Florida y cargamentos ocupados.
  • Reclamación de fugitivos de la justicia estadounidense y casos connotados de ciudadanos al amparo del gobierno cubano, como Joanne Chessimard, Ishmael LaBeet y Charles Lee Hill. Desde 2016, Cuba ha devuelto una veintena de prófugos, incluyendo acusados por tráfico de drogas y sospechosos de asesinatos, pero hay varios reportes de estafadores del Medicare refugiados allí.
  • Ciudadanos estadounidenses detenidos en Cuba. Se calcula que hay más de 20, entre ellos el caso notorio de la profesora cubanoamericana Alina López Miyares, bajo libertad condicional, con sentencia de 13 años de cárcel.
  • Asuntos de ciberseguridad y supervisión de transacciones bancarias.

A diferencia de las reuniones del mismo perfil durante la era Obama, el diálogo que se abre en los próximos días tiene dos obstáculos poderosos de interferencia: la vuelta de Cuba a la lista de naciones patrocinadoras del terrorismo, lo cual implica severas restricciones a las transacciones financieras; y la permanencia del Título III de la Ley Helms-Burton, lo que ha empantanado múltiples operaciones comerciales, desde los viajes de cruceros a las reservas de hoteles y habitaciones online.

De trasfondo, la eclosión popular del 11J, la represión y los juicios sumarios contra los manifestantes y el galopante deterioro económico dibujan un país muy diferente y una cúpula política más desgastada.

Estados Unidos parece entender el complejo momento de Cuba, pero no quiere desechar el camino de la distensión para avanzar sus intereses estratégicos de estabilidad en una región ya suficientemente agitada.

“Este tipo de diálogo mejora la seguridad nacional de Estados Unidos a través de una mejor coordinación internacional de la aplicación de la ley, lo que permite proteger mejor a los ciudadanos estadounidenses y llevar a los criminales transnacionales ante la justicia”, dijo un funcionario del Departamento de Estado en un comunicado inicial sobre la reunión.

El funcionario trató de desmarcar los asuntos de cooperación migratoria y legal de la preocupación de Washington por la situación de las libertades democráticas en Cuba.

“Este diálogo no afecta a la atención que la administración sigue prestando a las cuestiones críticas de derechos humanos en Cuba, que siempre son fundamentales para nuestro compromiso con el pueblo cubano”, enfatizó.

El abogado Jason Poblete, que representa el caso de Alina López y dirige la organización Global Liberty Alliance, se cuestionó la declaración del portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel, quien este viernes reiteró en Washington que el diálogo en La Habana “es una oportunidad para permitir a Estados Unidos proteger mejor a los ciudadanos estadounidenses”.

“¿Hablas en serio? ¿una ‘oportunidad para proteger mejor a los ciudadanos estadounidenses’? Hay ciudadanos americanos detenidos injustamente en Cuba como rehenes, como Alina López, residente en Florida”, se cuestionó Poblete.

Sin embargo, Poblete no descarta ninguna gestión para tratar de sacar a su cliente de Cuba.

“Seguimos en contacto con funcionarios del Departamento de Estado y otras agencias del gobierno federal al más alto nivel sobre el caso de Alina, y se les ha planteado cómo discutirlo con sus homólogos en Cuba, algo que continuará hasta que encontremos la solución de su permiso para viajar a Estados Unidos”, dijo Poblete a CiberCuba. “Estamos dispuestos a hablar con nuestras contrapartes en Cuba, y las puertas están abiertas para negociar, ya sea con nuestro gobierno o por vías privadas que se han extendido con buena voluntad”.

Diálogos en la era Obama

Los “diálogos sobre aplicación de la ley” que facilitó el deshielo de Obama estuvieron caracterizados por una inusual bienvenida de altos oficiales del Ministerio del Interior de Cuba (MININT) en las dependencias federales, incluyendo locaciones en Miami.

Los encuentros técnicos y videoconferencias propiciados entre altos funcionarios de control migratorio de ambos países fueron acordados con carácter sistemático en una ronda de conversaciones efectuada en noviembre de 2015 en Washington DC.

Para febrero de 2016, delegaciones de ambos países se reunieron en Miami para discutir asuntos bilaterales relacionados con el enfrentamiento al tráfico humano y el fraude migratorio, y la parte cubana estuvo presidida por el Coronel Mario Méndez Mayedo, jefe de la Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería del MININT.

El encuentro se realizó por cuatro días en la sede de USCIS, en el noroeste de Miami, y Méndez Mayedo estuvo acompañado por otros representantes del MININT y funcionarios del MINREX.

En la continuidad de las reuniones técnicas, en abril de 2016, altos oficiales del MININT, entre ellos el coronel Idael Fumero Valdés, jefe de investigaciones de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), visitaron instalaciones militares estadounidenses en Cayo Hueso.

La comitiva cubana incluyó además a la teniente coronel Imandra Oceguera Coll, de las Tropas Guardafronteras, y el teniente coronel Héctor González Hernández, de la Dirección Nacional Antidrogas.

La delegación cubana visitó por un día una dependencia de fuerzas conjuntas del Comando Sur en la base aérea y marítima de Cayo Hueso, y también estuvieron en la estación de la Guardia Costera en el sector de Cayo Hueso.

El tema central de la visita al Comando Sur fue intercambiar experiencias sobre la batalla contra las redes de narcotráfico que operan en América Latina y el Caribe, con impacto en la seguridad nacional de Estados Unidos. El grupo estuvo acompañado por Joel Lago Oliva, entonces primer secretario de la embajada de Cuba en Washington.

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Wilfredo Cancio Isla

Periodista de CiberCuba. Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad de La Laguna (España). Redactor y directivo editorial en El Nuevo Herald, Telemundo, AFP, Diario Las Américas, AmericaTeVe, Cafe Fuerte y Radio TV Martí.


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