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El gobierno cubano está preocupado por si retienen el avión venezolano que trasladará al gobernante Miguel Díaz-Canel a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) la próxima semana, ante un eventual pedido de la justicia de Estados Unidos, tal como ocurrió en junio último con un Boeing perteneciente a una subsidiaria de CONVIASA, según prensa argentina.
Un reporte del diario Clarín de este lunes afirma que el embajador cubano en Argentina, Pedro Pablo Prada Quintero, hizo saber a funcionarios del país suramericano que teme por la seguridad del avión que trasladará a Buenos Aires a Díaz Canel, quien últimamente en sus giras internacionales emplea una aeronave de la compañía venezolana CONVIASA.
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El citado medio asegura, además, que el pedido de garantías para el mandatario cubano “no fue satisfecho”, porque funcionarios argentinos aseguraron “que todas las aeronaves que vengan a Buenos Aires con delegación oficial gozan de inmunidades como también las tendrán los jefes de Estado” y que tampoco se “adhieren a sanciones de los Estados Unidos”.
No obstante, apunta Clarín, un sector del gobierno de ese país alertó que ahí hay "independencia de poderes" ante los reclamos judiciales que vengan del extranjero como pasó con el Boeing de Emtrasur.
El citado medio dijo, además, que el diplomático cubano hizo saber que su presidente, Díaz-Canel quiere venir a la cumbre de CELAC pero tiene un problema logístico, en referencia a su traslado en aviones que le suministra el Estado venezolano.
El medio aseguró, también, que el principal temor para Cuba radica en que la aeronave en la que viaja el presidente cubano pueda correr la misma suerte que el Boeing de Emtrasur, subsidiaria de CONVIASA, que en junio pasado fue retenido en Argentina con su tripulación de 14 venezolanos y cinco iraníes.
La misma preocupación con Díaz-Canel, también la tiene el gobierno venezolano con su presidente Nicolás Maduro, puntualizó el citado medio.
El Boeing de Emtrasur fue retenido en Argentina en junio último tras la acusación de que un miembro de la tripulación del avión tenía presuntos vínculos con organizaciones terroristas iraníes y que se había sometió a una operación de cambio de rostro en Cuba.
La tripulación, conformada por 14 ciudadanos venezolanos y cinco iraníes, fue puesta en custodia temporal en un hotel y sus pertenencias fueron incautadas por las autoridades del país suramericano.
A poco de iniciado este escándalo geopolítico, más de 200 turistas argentinos quedaron varados en Cuba debido a que el avión contratado por Cubana de Aviación para volar desde La Habana a Buenos Aires era de bandera venezolana, y ese momento Argentina mantenía una prohibición de aterrizaje de aeronaves de Venezuela.
La aerolínea estatal cubana contrató un chárter de Estelar, una compañía aérea privada venezolana, vinculada al régimen de Nicolás Maduro, para cubrir los vuelos entre el aeropuerto internacional José Martí y el de Ezeiza, justo cuando estalló el escándalo por la retención en territorio argentino de un avión venezolano-iraní y la justicia argentina decidiera retener la aeronave, para investigarla por presuntas conexiones con organizaciones terroristas.
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