La llegada de inmigrantes cubanos por la frontera sur de Estados Unidos alcanzó un pico histórico para un mes el pasado diciembre, con 42,637 registrados bajo solicitud de refugio en el país, según estadísticas oficiales.
En total, por todos los puntos fronterizos, el número de cubanos se elevó a 44,064, de acuerdo con el reporte del Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras (DHS/CBP) divulgado este viernes.
Las cifras indican además que durante el primer trimestre del año fiscal 2023, que comenzó el pasado 1 de octubre, el número de cubanos llegados a territorio estadounidense ascendió a 109,823, una estampida que ilustra la magnitud del mayor éxodo irregular desde la isla en las últimas seis décadas.
De ese total trimestral, 106,191 cubanos entraron desde México siguiendo la llamada “ruta centroamericana”, la mitad de los 220,908 que llegaron por esa vía durante todo el año fiscal 2022.
El mapa estadístico del flujo migratorio de cubanos en años recientes tenía registradas las entradas irregulares más cuantiosas en noviembre de 2022 (35,849) y abril de 2022 (35,092), pero la avalancha del pasado diciembre las rebasaron ampliamente.
El impacto de la llegada de cubanos por puntos fronterizos fue tan desproporcionado el pasado mes que se aproximó a las entradas de inmigrantes mexicanos, calculadas en 49,431. Históricamente los mexicanos lideran con amplitud el rubro de arribos irregulares por esa vía.
El otro pico considerable por segundo mes consecutivo lo marcaron los inmigrantes nicaragüenses, con 35,490. En noviembre habían solicitado refugio en puntos fronterizos 34,327.
Quizás estos números queden para la historia, pues la afluencia de cubanos, nicaragüenses y haitianos debe disminuir significativamente cuando se computen los resultados de este mes, tras la puesta en marcha del programa de parole humanitario para estas tres nacionalidades y el comienzo de las expulsiones expeditas desde el pasado 6 de enero.
La actualización de las cifras de inmigración irregular cubana hacia Estados Unidos en el FY23, partiendo de los datos difundidos este viernes indican además que:
- 1,052 niños entraron sin acompañamiento de sus padres, superando a los 953 que lo hicieron en FY2022.
- 261 arribaron por puntos de control de la frontera norte por Buffalo, Boston, Detroit, Seattle y Vermont.
- 327 fueron expulsados bajo el Título 42, argumentando las restricciones de la pandemia.
- 327,067 entraron después de la apertura de las fronteras cubanas y el levantamiento de visados, decretado por el gobierno de Nicaragua el 22 de noviembre de 2021.
- 366,515 ingresaron al país tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca y el anuncio de una política más flexible para el trato de inmigrantes en la frontera.
En lo que va de año fiscal, las cifras de balseros cubanos también han disparado las alarmas. La Guardia Costera (USCG) ha reportado ya la detención de 5,183 balseros, acercándose al número de los interceptados en el período anterior (FY2022), cuando sumaron 6,182.
La política anunciada por las autoridades estadounidenses ante la escalada de viajes irregulares en el Estrecho de la Florida es reforzar la vigilancia de la zona y proceder a la repatriación expedita de los capturados, sin derecho a los beneficios del programa de parole.
Esta semana, el Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas reiteró que los cubanos y haitianos que se hagan a la mar y desembarquen en territorio estadounidense no serán elegibles para el proceso de parole y serán sometidos a procedimientos de deportación.
La ola migratoria de cubanos y de otras nacionalidades ha provocado un serio panorama de atención social en la Florida, principal destino de los recién llegados y gastos que resultan exorbitantes para las arcas del estado.
Los problemas comienzan a manifestarse en dificultades para proveer servicios básicos y alojamiento a través del Departamento de Niños y Familias, así como una sobrepoblación en el sistema escolar de Miami-Dade.
Los cubanos procesados reciben una ayuda en efectivo de $180 dólares mensuales por un semestre, $250 dólares en sellos de alimentos (hasta un año) y atención médica (Medicaid), también por un año.
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