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“Les ofrecemos la confianza de que vamos por el camino seguro para ampliar los negocios”, dijo este lunes el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, reunido junto a otros dirigentes del régimen cubano con más de 60 empresarios argentinos.
Apenas transcurridas 24 horas desde su llegada a Buenos Aires, Argentina, para participar en la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, el también primer secretario del Partido Comunista de Cuba aseguró que su gobierno ampliará las oportunidades de negocios para los empresarios foráneos.
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A pesar de definirse como “continuidad” del régimen comunista implantado por Fidel Castro -de fuerte carácter iliberal y anticapitalista-, el gobernante designado por el hermano del dictador afirmó -ante más de 60 empresarios argentinos de varios sectores económicos- que su ejecutivo hace grandes esfuerzos por atraer la inversión de capitalistas extranjeros.
Las potencialidades en el desarrollo del turismo, el reinicio de los vuelos de Cubana de Aviación y proyectos en el sector agropecuario, de la salud y la biotecnología, ocuparon la exposición de Díaz-Canel, quien estuvo acompañado por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla y el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Estratégica de Cuba, Rodrigo Malmierca.
En la reunión, que Cubadebate describió como “similar” a la que Díaz-Canel sostuvo en Argentina en 2019, cuando el gobernante asistió a la toma de posesión del presidente Alberto Fernández, el presidente cubano aseguró que existe la voluntad de ambos gobiernos para seguir fortaleciendo las relaciones de intercambio y colaboración económica.
“Hacer las cosas como países hermanos es lo mejor que nos puede pasar”, dijo Jorge Neme, secretario de Planificación del Desarrollo y la Competitividad Federal, quien lidera junto a varios empresarios argentinos un proyecto de producción de alimentos en Cuba.
Mientras en 2019 el inquilino del Palacio de la Revolución aseguraba que el neoliberalismo no resuelve los problemas de los pueblos latinoamericanos, tres años después vuelve con un tango diferente al país austral, agitando el bandoneón del capitalismo de Estado con ribetes mafiosos que ahora intenta implantar en Cuba con asesoría de empresarios de la Rusia de Putin.
“Quién dijo que todo está perdido, Cuba viene a ofrecerles su corazón”, dijo Díaz-Canel a los argentinos en 2019, animándoles a superar “horas más aciaigas” (sic). Ahora, el líder comunista les ofreció invertir en la economía cubana, en la que los rubros que generan divisas están en manos del Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA) que controlan los militares, a buen recaudo del libre mercado.
Este martes, desde el hotel Sheraton de Retiro de la capital argentina, el gobernante cubano volverá a agitar el fantasma del neoliberalismo, y cargará contra la polarización y la ultraderecha que sacuden el continente, siguiendo el guion de la Cancillería cubana para este tipo de encuentros.
Se desconoce cuál es la agenda de Díaz-Canel para los días siguientes, pero como anunció antes de partir, estará de vuelta en La Habana el 28 de enero, “para celebrar juntos los 170 años del Apóstor (sic)”.
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