Activistas cubanos condenaron el feminicidio de una adolescente de 17 años a manos de su expareja en el poblado de Camalote, en Nuevitas, Camagüey, y responsabilizaron al gobierno del aumento de los crímenes contra mujeres en el país.
La revista feminista Alas Tensas envió condolencias a la familia de la víctima, Leidy Bacallao, quien fue asesinada en la noche del 3 de febrero por su expareja, un hombre de 50 años, con antecedentes penales y de violencia doméstica, que la violentaba desde los 13 años.
El biólogo Amilcar Pérez Riverol denunció la situación de vulnerabilidad que viven las mujeres en Cuba. "Ya no es que no estén a salvo solas. O en la oscuridad. Ya no es que no están a salvo en las calles. Es que ni siquiera lo están en una Estación de Policía. El último lugar donde esto debió haber ocurrido. El último refugio al que acudir. Qué desastre. Qué vergüenza de país", posteó en Twitter.
Asimismo, recordó que en 2022 la Asamblea Nacional del Poder Popular rechazó una enmienda al Código Penal que pretendía tipificar el delito de feminicidio. Las autoridades siguen negando que este fenómeno ocurre en Cuba, a pesar de que en 2020 se reportaron 32; en 2021 se contabilizaron 36 y 2022 cerró con 34.
El asesinato de Leidy es el tercer feminicidio que ocurre en Cuba esta semana.
El artista visual Julio Llópiz-Casal afirmó que "lo más triste del asesinato de Leidy Bacallao, en la unidad policial de Camalote en Camagüey, es que su asesino entró a la estación e intimidó a los Policías armado solamente con un machete, algo que habla elocuentemente de la cobardía de los oficiales del Minint".
Por su parte, la periodista y activista feminista Marta María Ramírez, resaltó que la joven fue asesinada "tras denuncias por acoso a su feminicida".
"Llevo años pidiendo que marchemos, que hagamos huelga. Ojalá ahora sea el momento, de una vez, ya", convocó.
La Red Femenina de Cuba pidió condenar este nuevo feminicidio y firmar una petición por una Ley de Género en la isla.
La activista María Matienzo posteó una imagen de la víctima para mostrar que "este rostro habla del desamparo de las mujeres cubanas. Tipos que nos interrogan, nos humillan, nos matan. Ella corrió para donde se suponía que debían protegerla. Imagino las preguntas de los machangos que contrata el Minint. Su asesino la mató en la estación de Policía!".
Asimismo, Ivet González cuestionó cuántas mujeres deben morir para que exista prevención. "¿Qué hace falta para que se haga cumplir una orden de alejamiento, para que se contenga al agresor?", preguntó.
La periodista Mónica Baró hizo un análisis del hecho en una publicación en Facebook donde cuestionó cómo es posible que un hombre adulto pudiera iniciar una relación amorosa con una niña de 13 años impunemente. "No romanticemos el abuso infantil", dijo, tras responsabilizar al estado de esta muerte.
"Las autoridades tienen el deber de proteger a las menores de ese tipo de abusos. (...) Cuando decimos que un Estado y sus instituciones son cómplices de este tipo de crímenes es precisamente por eso: porque son crímenes que pueden evitarse y que el Estado y sus instituciones tienen la responsabilidad de evitar", señaló.
Consideró que "el primer indicio en este caso fue la propia relación abusiva que sostuvo el victimario, Elesvan Hidalgo, con Leidy Bacallao. Esa relación duró años. Hay varios testimonios de que Elesvan, además, violentaba a Leidy de otras maneras. Que la familia de la niña incluso una vez lo denunció a la policía y que Elesvan tenía una orden de alejamiento. Pero todos estos indicios fueron despreciados por las autoridades".
Para Baró, quien se especializa en violencia de género, "los maltratadores matan porque pueden. Porque antes de matar abusaron todo lo que quisieron y no pasó nada. Matan porque la dictadura cubana lo permite. Porque tolera los maltratos previos. Porque no presta atención a todos los indicios que un feminicidio da antes de ocurrir. Esa es una de las cosas que más duele de estos crímenes: que dan muchísimos indicios".
Por otra parte, denunció que la policía cubana, dedicada más a reprimir que a proteger a los ciudadanos, le falló a la menor de edad. "Su abusador la iba siguiendo. Leidy debió haber corrido por su vida. Pensó que en la policía iba a estar a salvo. Pero la policía falló. Falló. (...) Todo lo que hay que saber es que Leidy fue a una estación de policía porque temía por su vida y fue asesinada en presencia de la policía. No con un arma de fuego sino a machetazos".
"Y todavía dice nuestro 'gobierno' que eso de las mujeres y la violencia de género puede esperar hasta 2028", cuestionó la reportera.
La indignación que ha generado este caso se suma a la generada por los feminicidios de otras mujeres, que han sido nombradas en una iniciativa ciudadana.
La historiadora Laura Vargas publicó un enlace con los nombres de víctimas de feminicidio en Cuba. "Hagámoslo viral, no olvidemos sus nombres!!", imploró.
El crimen de Leidy Bacallao ocurrió en la misma estación de Policía adonde ella fue a pedir auxilio la noche del viernes, luego de que sus conocidos le avisaran en una fiesta del pueblo que el agresor la estaba buscando con un machete para matarla porque ella había decidido romper con él y se iría pronto a Estados Unidos con su padre, según el testimonio de vecinos de esa localidad.
Aseguraron que en la estación policial solo había un oficial, en lugar de los cuatro reglamentarios, a pesar de que era día de fiesta popular. Además, dijeron que la menor había atentado contra su vida en varias ocasiones porque no lograba zafarse de una relación abusiva, en la que su pareja practicaba la violencia de diferentes maneras.
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