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Félix Isasi, leyenda del béisbol cubano, denunció el abandono de las instituciones cubanas, quienes evitan con frecuencia darle respuesta a sus demandas.
En declaraciones al diario Girón, de Matanzas, contó que ocasionalmente va a las entidades deportivas para exigir una respuesta a sus demandas y siempre le responden con evasivas: “Ya no escondo la bola: ahora me la esconden a mí”, lamentó con ironía el exestelar segunda base, quien cobró fama por sorprender corredores mediante las jugadas de bola escondida.
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Según el reporte, el pasado año Isasi sufrió una isquemia transitoria y pasó varios días en el hospital.
"Nadie lo visitó, ni atendió, salvo amistades personales. Esto marcó un fuerte contraste con su accidente automovilístico en el 83, tres años después de retirarse, cuando notó mayor preocupación y atención", comenta el entrevistador, Erick Hernández Pino, estudiante de Periodismo.
Isasi, de 77 años, vive ahora en una modesta casa en el barrio Pueblo Nuevo, pero conoció en varios momentos la gloria mundial, pues durante 11 períodos consecutivos fue integrante del equipo Cuba y se consagró en la final del Mundial de Cartagena, en 1970, donde fue la estrella del partido con la famosa jugada de bola escondida.
Antes también había padecido una gran injusticia, afirma el artículo. Aunque obtuvo resultados increíbles, y fue ganador en campeonatos mundiales y centroamericanos, no estuvo incluido en la selección de los “Cien atletas del siglo XX en Cuba”.
“Esas son cosas que le duelen a uno. Pude haber jugado en cualquier equipo allá afuera y, sin embargo, me quedé”, afirmó el expelotero, quien asegura que cada vez que viajaba regresaba a Cuba ante todo por su madre, quien era revolucionaria y no lo hubiese perdonado si decidía jugar en Grandes Ligas.
“Pero bueno, no importa. Tengo lo que tenía que tener: un pueblo que me quiere, y adonde llego, una cola o cualquier cosa, todo el mundo me saluda y me habla. Aquí al lado voy a veces a ver a los muchachos jugar y ellos suben para las gradas cuando me ven. Eso se agradece y es muy bonito”, agregó Isasi.
El reportero recuerda dice que "tal vez si Félix hubiese jugado en los Milwaukee, su equipo preferido en aquel momento, o en los Yankees, todo fuera diferente para él. No pasaría tanto trabajo para adquirir las piezas de su carro, ni tendría que afrontar el robo de una parte de sus medallas. Viviría en una lujosa mansión, millonario, como él mismo afirma. Sin embargo, decidió quedarse".
Su caso no es el único en que una gloria del deporte denuncia el abandono estatal. El pasado año la excampeona mundial juvenil de jabalina Marisleysis Duharte Morell afirmó que las autoridades la habían dejado sola en medio de su batalla contra una enfermedad reumática crónica y autoinmune.
La exdeportista santiaguera de apenas 22 años recordó que, cuando comenzó su vida deportiva, ella era "una persona sana, alegre y llena de vida". Fue campeona mundial en la modalidad del lanzamiento de la jabalina en 2017: "nadie se acuerda de mí, ni de quien soy, ni de quien fui y mucho menos de lo que aporté como deportista a la nación", lamentó.
También el atleta Leonel Suárez, considerado el mejor decatlonista cubano de todos los tiempos, denunció las violaciones que cometieron con él las autoridades del deporte en Cuba. El medallista olímpico y mundial, concedió una entrevista al portal SwingCompleto, en el que acusó al Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) de haberle impedido injustamente ir a las Olimpiadas de Tokio, y de dejarlo incluso sin su sustento económico.
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