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El total de muertos en Turquía y Siria tras los terremotos del pasado lunes superan ya los 17,000, y la cifra de heridos asciende a 68,000, según datos oficiales.
Recep Tayyip Erdogan, presidente turco, compareció este jueves ante la prensa y anunció que continúan los trabajos para remover los escombros de los más de 6,400 edificios destruidos.
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Asimismo, prometió la construcción de las viviendas en las 10 provincias afectadas en el período de un año y la ayuda de 10,000 liras turcas (unos 530 dólares) a cada familia damnificada.
"Con esta ayuda monetaria queremos paliar, al menos un poco, las dificultades de este proceso de transición", prometió Erdogan, que se ve envuelto también en una carrera política de cara a las elecciones presidenciales de mayo.
La prensa internacional resaltó lo difícil que está siendo en la parte siria el rescate de las víctimas, sobre todo, en las ciudades que desde hace una década viven bajo una intensa guerra civil.
Este jueves llegaron al noroeste de Siria los primeros camiones de ayuda de Naciones Unidas, la única autorizada a llevar estos cargamentos a través del paso fronterizo, un atraso provocado por los daños en las carreteras, según la agencia AP.
Con el paso de las horas se vuelve cada vez más difícil el rescate de las personas que quedaron atrapadas entre los escombros, aunque las autoridades y voluntarios intentan no perder las esperanzas y multiplican los esfuerzos.
Una de las mayores preocupaciones de los sobrevivientes son las gélidas temperaturas que azotan la región, lo cual es un problema para aquellos que no tienen a dónde ir.
Este miércoles se supo la empresa española Inditex, a la que pertenece la marca Zara, donó tres millones de euros y 500,000 abrigos a los damnificados, que se suman a la ayuda internacional que reciben Turquía y Siria.
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