La emigración masiva de personas en edad laboral, especialmente jóvenes, amenaza la estabilidad de negocios privados en Cuba, que no alcanzan a cubrir las vacantes y ya tienen nuevas bajas. Tampoco escapan de ese fenómeno las empresas estatales.
Un ejemplo es el restaurante Nel Paradiso, en La Habana, donde, según el testimonio de sus responsables, completar su nómina parece una meta inalcanzable.
"No te da tiempo a recuperar el personal que se va. De los 60 trabajadores contratados en los últimos 14 meses, en Cuba quedan 10", declaró a la agencia AFP, Annie Zúñiga, de 26 años y encargada de la contratación en el restaurante.
Tras el cierre por la pandemia de coronavirus, el establecimiento reabrió sus puertas dos meses antes de que Nicaragua decretara la exención de visado para los cubanos, en noviembre de 2021, hecho que desató la mayor ola migratoria de la isla en la dos últimas décadas.
"La apertura de Nicaragua fue un golpe, de 50 trabajadores nos quedamos con 30 en una semana. Catastrófico", acotó la joven, quien precisa que cubrir las vacantes que dejan los que emigran se convierte en una tarea que consume tiempo y recursos.
"No hemos logrado formar un colectivo unido y duradero, porque cuando pensamos 'ya este es el equipo', viene uno y me dice 'esta es mi última semana, la que viene me voy'", añadió Zúñiga.
La falta de personal "nos pone en apuros", confesó por su parte el jefe de meseros de Nel Paradiso, Norberto Vázquez, un profesor de gastronomía quien destaca que ha formado a más de 50 sommeliers que ya no están en Cuba.
"Algunos alumnos me dicen 'profe, lo único que estoy pensando es en cómo me voy', y eso me da un dolor incalculable", declaró Vázquez.
Los hoteles de lujo gestionados por el gobierno no están exentos de la fuga en masa de sus trabajadores más jóvenes.
Un 30% de los empleados del Hotel Parque Central ha abandonado el país y sus ejecutivos han tenido que contratar a estudiantes de hotelería para cubrir vacantes, según contó a la citada agencia una fuente bajo anonimato.
El francés Stéphane Ferrux asegura que vio emigrar en un año a una decena de los 60 proveedores de servicios de la agencia de viajes que dirige en La Habana desde 1995.
Ferrux detalló a AFP que algunos de estos trabajadores independientes recibían un sueldo mensual de hasta 1,500 dólares.
El empresario explica que aunque tengan mejor situación, cuando "no encuentran nada" por la escasez generalizada, aunque tengan los medios económicos se sienten sin perspectiva de futuro, y "eso desencadena la partida".
En enero, el "grito desesperado" de un profesor de la Universidad de La Habana se hizo viral en redes sociales tras lamentar la estampida migratoria que está vaciando las aulas universitarias “de lo más valioso”.
No fue esa la primera vez en los últimos meses que un académico cubano lanzaba un reclamo similar. En noviembre de 2022 un profesor de una facultad tecnológica de La Habana mostró su preocupación tras darse cuenta de que cada vez tenía menos alumnos en su aula.
Abandonar el país figura entre las prioridades de una creciente cantidad de jóvenes cubanos, según confirmó una entrevista difundida por Cubanet, a finales del pasado año.
"Muchos jóvenes no nos queremos ir de Cuba, nos obligan a irnos”, lamentó en julio Thais Liset Hernández Leyva, CEO de la iniciativa publicitaria Pixel Cubano, en un sentido hilo de tweets en los que anunciaba que dejaba el país y por qué lo hacía.
“Nos vamos en búsqueda de libertad, de oportunidades, de por una vez en la vida tener las riendas de nuestro futuro, porque nuestro país, o mejor dicho: nuestros ‘dirigentes’ hacen que esto sea imposible”, reflexionó en ese caso la joven de 26 años.
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