La niña siria que nació el martes pasado bajo los escombros luego de que el terremoto echara abajo su casa será adoptada por su tío abuelo.
La pequeña, nombrada Aya, se recupera de sus heridas en un hospital y cuando sea dada de alta vivirá con un tío de su padre que por ahora está con su familia de 11 miembros en una tienda de campaña, debido a los daños que sufrió su vivienda.
"Después del terremoto, no hay nadie capaz de vivir en su casa o edificio. Solo el 10 por ciento de los edificios aquí son seguros para vivir y el resto son inhabitables", dijo el hombre a The Associated Press.
Aya, nombre que en árabe significa "una señal de Dios", fue salvada por un rescatista que la encontró atada a su madre por el cordón umbilical.
El edificio de cuatro pisos donde vivía su familia quedó totalmente destruido. Solo ella sobrevivió: su padre, su madre, cuatro hermanos y una tía murieron.
Un pariente lejano que estaba cerca cuando la sacaron de entre las ruinas, la llevó ante el doctor Hani Marouf en la ciudad de Afrin, cercana a Jindayris, donde murió la familia de la menor.
"Llegó el lunes en tan mal estado, tenía golpes, moretones, tenía frío y apenas respiraba", dijo el médico ese día.
La menor se encuentra ahora en condición estable.
Tras conocerse su caso, miles de personas se ofrecieron a adoptarla.
El video del rescate de la recién nacida se hizo viral en las redes sociales.
Las imágenes muestran a un hombre que sale corriendo de entre los escombros sosteniendo entre sus manos a la pequeña cubierta de polvo.
Otro hombre corre hacia él con una manta para tratar de calentar a la niña, y un tercero pide a gritos un carro para llevarla al hospital.
El hecho sucedió en Jindayris, una ciudad controlada por los rebeldes cuyas zonas residenciales resultaron tremendamente afectadas por el sismo de este lunes.
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