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Los cubanos siguen sumando quejas por los altos precios en la XXXI edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana, que se hace extensivos a los alimentos y demás ofertas del evento.
“Carito, carito, hay que venir con 10 mil y picante para acá”; “Demasiado cara”; “Carísimo, ¿qué te voy a decir?, no me gustó nada”; “Todo está supercaro, un libro mil pesos”; “No se puede comprar casi nada”; “Como está todo en la calle, un poco caro"; lamentaron varios entrevistados por Cubanet.
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En la presente Feria del Libro los ejemplares comercializados por casas editoriales extranjeras tienen un precio en dólares que a la hora de venderse se convierte a pesos cubanos con la misma tasa que se aplica el mercado informal, que no baja de los 160 CUP por cada USD.
Ello ha hecho que se pueda encontrar a 2,500 pesos una edición colombiana de Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, por ejemplo.
Las obras de la popular autora británica J. K. Rowling se venden a partir de los 5,000 pesos y una lujosa edición de uno de los tomos de Harry Potter se comercializa nada menos que a 9,600 pesos.
“No hay oferta para las personas como yo, que son pensionadas de este país y lo que gano son 1,100 pesos. No pude comprar nada, me voy con la barriga vacía porque todo vale 400, 500 pesos y no he podido tomar más que el agua que traje de mi casa”, se quejó una señora.
Otros apuntan que el elevado precio de los libros y de otros servicios han incidido en que la feria parezca “vacía”, con muchos menos visitantes que en años anteriores.
Otras críticas tienen que ver con la gran cantidad de libros que abordan temas políticos, aspecto que apuntó de forma especial una promotora literaria mexicana.
“Las editoriales cubanas están saturadas de temas políticos, todas. No vale la pena mirarlas, cuando te vas dando cuenta resulta decepcionante. Si quieres llevarte algo bueno tienes que buscar en las extranjeras y, ya sabes, tirarte contra el tránsito”, señaló un entrevistado.
Entre los jóvenes que se acercan por estos días al Complejo Morro-Cabaña, algunos apuntan que se dan cita en el lugar para socializar pero para gastar poco.
Existen dos áreas para la venta de alimentos, una dentro de la fortaleza y otra en el último tramo de la calle que conduce a ella, que es la que elige la mayoría de los visitantes por ser menos cara.
Aunque el gobierno cubano reforzó el transporte, la concurrencia se queda por debajo, según coinciden en apuntar visitantes y trabajadores.
"Es por la necesidad que tienen los cubanos de emplear su dinero en cosas importantes, como asegurar la comida de la familia, el dinero para transportarse a trabajar o de comprarle la merienda de los hijos para enviarlos a la escuela”, declaró al citado medio una cubana, trabajadora de una MYPIME que vende alimentos por estos días en el lugar.
La Feria Internacional del Libro de La Habana es la principal cita con el libro y la literatura en Cuba, que cada año se celebra entre los meses de febrero y marzo y que se extiende por varias subsedes. El año pasado recibió 2,238,000 visitantes, según las cifras divulgadas en medios oficiales.
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