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La familia de preso político del 11J Maikel Puig Bergolla debe recorrer más de 150 kilómetros para visitarlo en la cárcel.
A pesar de que el gobierno les prometió que lo trasladaría a un penal más cercano a su lugar de residencia en Güines, Mayabeque, hasta el momento tienen que seguir yendo a verlo a la cárcel Agüica en Colón, Matanzas.
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"Quien hace la propuesta del supuesto traslado de mi esposo es la propia Seguridad del Estado que se lo informó a él. A mí me citó la Fiscalía para decirme que varias entidades decidieron que se efectuaría el cambio de establecimiento penitenciario por la afectación que tiene nuestro hijo menor", explicó a Martí Noticias Saily Núñez Pérez, esposa de Puig Bergolla.
Saily señaló que no ha ido más a verlo a esa cárcel por lo caro que es el viaje y las dificultades para conseguir los pasajes, y ella no tiene familia en Colón.
"Por todos los trabajos que se pasan en este país, porque hay violencia y yo soy una mujer sola con dos niños, porque en los transportes te roban y porque tengo que llevar a un niño menor que ya padece ataques de pánico", lamentó.
Según la pareja de Puig Bergolla, su hijo sufre depresión severa debido a la detención y la ausencia de su padre del hogar. Los médicos le diagnosticaron alopecia (caída del pelo) y lesiones en la piel de carácter nervioso.
"La última vez que vimos a Maikel fue en diciembre. Ellos [las autoridades] saben que a mi niño le hace falta el encuentro con su padre porque está teniendo una afectación psicológica. Sin embargo, el traslado sigue demorando", acotó Núñez Pérez.
"Por esa situación solo voy a las visitas cada tres o cuatro meses a llevar a mi hijo. En el mes de febrero no he podido ir porque nos prometieron que lo iban a trasladar y nos han engañado, han pasado más de dos semanas y no lo han realizado", subrayó.
En diciembre, la esposa y los hijos de Maikel Puig Bergolla, quien cumple una condena de 12 años de prisión, lograron visitarlo en la cárcel de Agüica.
"Horas largas, cansancios, cientos de kilómetros, pero siempre que el objetivo sea papá vale la pena cada sacrificio. Hoy después de mucho mis niños tuvieron la gran alegría de volver abrazar, besar y pasar un rato con su súper héroe favorito", contó su mujer en Facebook.
"Recordar ese último abrazo, el último adiós... inevitable no derramar lágrimas cuando la injusticia se impone y nuestra familia como muchas otras sentirán el vacío de un ser querido", añadió.
En septiembre, al iniciar el curso, Saily reveló indignada la terrible experiencia que vivió su hijo pequeño cuando le preguntaron si ya habían liberado a su papá.
"Para los que aún le quedan dudas sobre el trauma de mi hijo (presenta una fobia escolar severa) y cuánto le afecta el encierro de su padre. Inicio del curso escolar sin papá, acabado de llegar, un niño le preguntó: '¿Maikelin, no han soltado a tu papá?'. Entonces me pregunto: '¿Debo callar?'", escribió en Facebook.
"¿Cuál código?", cuestionó, en alusión al Código de Familias impulsado por el régimen. "Acaso tiene mi hijo una familia. Les sigo recordando que ustedes, represores, se la rompieron", denunció.
En julio pasado, Núñez Pérez denunció que su esposo estaba muy enfermo y no recibía atención en la cárcel.
"Maikel Lleva dos semanas muy enfermo, con una especie de estafilococos en la piel que le están supurando. Se le está presentado además un a fiebre muy persistente, de 40. Lleva alrededor de tres días en cama. Está siendo desatendido", dijo.
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