La Aduana General de la República de Cuba aseguró que está enfocada en brindar un servicio seguro, ágil y transparente, luego de años de constantes críticas de la población por mala praxis de esa entidad.
Glenda González Martín, secretaria de la UJC en ese organismo estatal, dijo al portal oficialista Cubadebate que se impulsa la gestión de la calidad de los procesos aduaneros, para garantizar "la eficiencia en pos de una aduana moderna, segura, ágil y transparente".
El vicejefe de la Aduana General de la República también defendió que en 2022 se impulsó la "facilitación de la política aduanera, la consolidación del sistema de enfrentamiento aduanero (de conjunto con el Minint), la eliminación de trabas, la simplificación de trámites y el desarrollo del sistema integrado de atención a la población".
En enero también trascendió que entre las metas de la entidad para 2023, cuando cumple 60 años de creada, está la reducción a 35 minutos el tiempo de espera de los visitantes en los aeropuertos del país.
La directora general de procesos aduaneros de la Aduana, Yamila Martínez Morales, afirmó que ya cuentan con los medios técnicos de detección que se utilizan en las inspecciones de las cargas, pasajeros y sus equipajes, para agilizar el cruce por la frontera, identificar los artículos que pueden recibir facilidades arancelarias, y disminuir la estancia de los viajeros en las terminales aéreas a 35 minutos.
Agregó que en medio de los esfuerzos por reducir el tiempo que pasan los visitantes en el aeropuerto, se garantiza la presencia de las unidades cinófilas (hombre y perro) para detectar actos asociados al terrorismo y la droga.
La mayor cantidad de productos que conforman el equipaje de los viajeros que llegan a Cuba son alimentos, artículos de aseo y medicamentos.
El periodista oficialista Lázaro Manuel Alonso informó recientemente que el 85 por ciento de los pasajeros que llegan al aeropuerto de La Habana transitan por el canal verde, sin pagar impuestos y sin que se les revisen las maletas.
Esto, luego de años de críticas a la Aduana por robos, arbitrarios decomisos de artículos, así como por las largas filas y el prolongado tiempo de espera, de hasta tres horas, que muchos pasajeros debían pasar para introducir al país sus equipajes. En los últimos años esas denuncias han ido desapareciendo.
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