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El régimen cubano anunció este martes su pretensión de renovar la membresía en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH), que ostenta desde 2007.
Así lo anunció el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, en un discurso pronunciado en Ginebra durante los segmentos de alto nivel del 52 periodo de sesiones del organismo.
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“Presentamos nuestra candidatura para la reelección como miembro del Consejo de Derechos Humanos, en el período 2024-2026, en las elecciones que tendrán lugar en octubre próximo”, dijo.
De resultar nuevamente electo, el régimen cubano alcanzaría estar sentado en Ginebra un período más, sumando 18 años como miembro de este organismo, fundado el 15 de marzo de 2006 por la Asamblea General de Naciones Unidas mediante la Resolución 60/251.
En dicho texto se estableció que, al elegir a sus miembros, el CDH deberá tener en cuenta la contribución de los candidatos a la promoción y protección de los derechos humanos, así como las promesas y contribuciones voluntarias que hayan hecho al respecto.
Asimismo, los miembros elegidos al Consejo deberán defender las más altas exigencias en la promoción y protección de los derechos humanos, cooperar plenamente con el CDH y ser examinados con arreglo al mecanismo de examen periódico universal durante su período como miembros.
No obstante estos requisitos, un Estado totalitario como el cubano ha integrado el CDH durante cuatro períodos (2007-2009; 2010-2012; 2014-2016; 2017-2019), algo que ha provocado desde el inicio la denuncia y el rechazo de activistas cubanos, organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales.
En respuesta a la elección de Cuba para un quinto mandato en el Consejo de Derechos Humanos, 85 organizaciones cubanas e internacionales de derechos humanos y libertad de expresión en conjunto con medios independientes de comunicación emitieron una declaración expresando gran preocupación al respecto.
“Esto no sólo recompensa el pobre historial de Cuba en materia de derechos humanos, sino que también socava la integridad del Consejo para responsabilizar a los gobiernos abusivos por sus acciones en la región y en todo el mundo”, indicaron en un reporte divulgado por Freedom House.
Días antes, era el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) el que promovía una declaración de prominentes figuras de la política, la diplomacia y la academia manifestando su “rechazo a la nueva candidatura porque no es representativa de las aspiraciones democráticas y el compromiso internacional con los derechos humanos de la región”.
"Cuba tiene un deplorable récord en materia de derechos humanos. Se trata de una dictadura que impone un modelo de sociedad cerrada—la única en todo el hemisferio—y reprime el disenso de manera sistemática”, indicaba por las mismas fechas la ONG Human Rights Watch.
Para el entonces director de HRW para las Américas, José Miguel Vivanco, “el gobierno cubano cuenta con un importante apoyo político en la Asamblea General que lo aprovecha en parte para elegirse al CDH y así intentar blindarse a sí misma”.
"Hay que terminar con la práctica de las listas cerradas por región. Lo que ocurre habitualmente es que las distintas regiones geográficas proponen tantos candidatos como asientos están asignados a cada zona. Este mecanismo transforma las elecciones al consejo en una mera formalidad pero también en una burla y permite que sean elegidos estados con un récord vergonzoso, como Cuba", explicó el funcionario.
Por su parte, UN Watch, un organismo dependiente de la ONU que monitoriza el buen funcionamiento del Consejo, cuestionó el reingreso de Cuba al CDH en 2020.
"Según una base de datos de procedimientos especiales de la ONU, Cuba ha prohibido la entrada a los expertos en derechos humanos del Consejo en materia de tortura, libertad de reunión, libertad de expresión y detenciones arbitrarias, rechazando sus solicitudes de visitar la isla e informar sobre la situación de los derechos humanos", señaló.
Tras la invasión de Rusia a Ucrania y su subsiguiente expulsión del CDH, el Centro por una Cuba Libre (CFC) reclamó que el régimen cubano fuera sometido al mismo proceso.
“Ahora es el momento de limpiar el disfuncional Consejo de Derechos Humanos para que pueda cumplir con sus deberes en este momento crítico", señaló la organización en una petición en la que sostuvo que el régimen de “La Habana está respaldando la invasión rusa de Ucrania, repitiendo desinformación y persiguiendo a los cubanos en la isla que demuestran su solidaridad con el pueblo de Ucrania”.
Este martes, ajeno a los reclamos de la comunidad internacional y de sus propios ciudadanos en materia de derechos y libertades, el régimen cubano, a través de su canciller, manifestó que “es indispensable luchar por un orden internacional justo, democrático y equitativo centrado en el ser humano, en los pueblos del mundo”.
“A lo largo de los doce años de presencia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el régimen cubano ha tenido un patrón de comportamiento cómplice con las graves violaciones a los derechos humanos sufridas en otras partes del mundo. Así lo demuestra el registro de sus votaciones, oponiéndose a la aprobación de resoluciones en las que se han condenado y tomado medidas sobre las situaciones más críticas de violaciones a los derechos humanos”, señaló CADAL en un reporte publicado en 2020.
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