Régimen cubano culpa a EE.UU. por la inflación y los bajos salarios

En diciembre, ante la Asamblea Nacional, el ministro de Economía explicaba la inflación apuntando a una serie de variables económicas ajenas a la política estadounidense hacia Cuba y dependientes de la gestión del ejecutivo de Miguel Díaz-Canel.

El canciller Bruno Rodríguez Parrilla en Ginebra © Twitter / @BrunoRguezP
El canciller Bruno Rodríguez Parrilla en Ginebra Foto © Twitter / @BrunoRguezP

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Este artículo es de hace 1 año

El régimen cubano culpó a Estados Unidos por la inflación y los bajos salarios en Cuba, utilizando una vez más el argumento del “bloqueo” para justificar su incapacidad para destrabar las fuerzas productivas del país, abrirse al mercado y generar riqueza y prosperidad para sus ciudadanos.

Así lo expresó el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, en un discurso pronunciado durante los segmentos de alto nivel del 52 periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, celebrado este martes en Ginebra.


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“El gobierno estadounidense aplica una genocida política de bloqueo, recrudecido en extremo y de ‘máxima presión’, que ha sometido a la economía cubana a tensiones extraordinarias que impactan en el deterioro del consumo y el nivel de vida de las familias, en la inflación, los precios, los salarios…”, dijo el canciller cubano.

Con una inflación del 34,2 por ciento anual –según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Cuba se sitúa por detrás de Venezuela (146 %) y Argentina (87,8 %) en la lista de países de la región según sus índices de inflación en 2022.

Entrevistado a finales de año por CiberCuba, el economista Elías Amor indicó que la inflación es un fenómeno monetario que tiene su origen en 2020 con la expansión descontrolada del gasto y del déficit público, agravada por el “ordenamiento económico y monetario” emprendido por el régimen cubano en 2021.

Citando al ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, el analista resaltó las explicaciones ofrecidas por el gobierno cubano a los ciudadanos en relación con la inflación que golpea sus bolsillos.

En el X Periodo Ordinario de Sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, celebrado a mediados de diciembre, el ministro Gil sostuvo que el problema de la inflación en Cuba es un efecto combinado de una serie de causas, que van “de la falta de disponibilidad de divisas, la disminución de los planes de producción, el déficit de oferta e indisciplinas asociadas al desvío de recursos, la especulación, la reventa y el enriquecimiento ilícito”.

Además, aseguró, “hay una inflación importada, por los precios en el mercado mundial”. Esa “inflación inducida” se produce porque el país importa bienes más caros que antes. “Esa inflación la estamos importando al país a partir de pagar más caro lo que traemos… por lo tanto, contra esa inflación no podemos”.

Como no podía ser de otra forma, también incluyó al “bloqueo” entre los factores que inciden en la inflación en Cuba, pero mencionó otra serie de variables económicas ajenas a la política estadounidense hacia Cuba y dependientes de la gestión del ejecutivo de Miguel Díaz-Canel.

Para Amor, en 2023 los cubanos serán aún más pobres porque el régimen es incapaz de facilitar la recuperación económica y su plan para 2023 reconoce ese fracaso. El precio del litro de aceite comestible a finales de febrero (1,500 pesos en el mercado informal), o el de la libra de arroz (250 CUP), parecen darle la razón.

Sin embargo, para el canciller cubano, el “bloqueo” estadounidense es el responsable de la escasez de alimentos y medicinas.

No le valen a Rodríguez Parrilla los datos que apuntan que en 2022 Cuba adquirió alimentos y productos agrícolas de Estados Unidos por valor de $328.5 millones de dólares, una cifra que constituye el mayor incremento de las operaciones del gobierno cubano en el mercado estadounidense en la última década. Ni tampoco la reiterada precisión del gobierno estadounidense indicando que el embargo no afecta a la compra de medicamentos.

Es el “bloqueo”, según dijo en Ginebra, el responsable del colapso del Sistema Eléctrico Nacional y los insoportables apagones, como si otros países aliados de Cuba no pudieran proveer de los insumos necesarios para su recuperación.

Es el “bloqueo” el que “golpea los ingresos del país, las transacciones financieras, la industria, la construcción, los servicios, el comercio, la inversión, la salud y la educación”.

Conclusiones de Rodríguez Parrilla: sin el “bloqueo”, el régimen cubano (el mismo que aplica una política de estrangulamiento y sometimiento de la iniciativa privada, el que no libera las fuerzas productivas del país, no cumple sus obligaciones financieras, ha destruido la industria azucarera, ha invertido sin criterio y de forma opaca ingentes sumas del presupuesto nacional en el turismo; el mismo que promueve el mayor éxodo migratorio de Cuba para aliviar la presión interna), sin “bloqueo”, sería próspero y distribuiría la riqueza con equidad.

Gil, Díaz-Canel y compañía pueden dormir tranquilos. Ahí está Bruno para justificar sus acciones a favor de las élites extractivas del régimen cubano, incluida la represión recrudecida sobre la sociedad civil independiente que reclama pacíficamente un cambio, y que -tras las históricas protestas del 11J en Cuba-, solo encontró como respuesta la “orden de combate” del Palacio de la Revolución.

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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