El tardocastrismo anda envalentonado y acaba de propinarle un galletazo político -el segundo consecutivo- a la administración Biden, recibiendo en La Habana al general de ejército Nikolai Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia; cuando la Casa Blanca sopesa sacar a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo.
La primera trompada fue la visita del ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Hossein Amir Abdollahian, a inicios de febrero.
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Que el anciano Raúl Castro Ruz haya abandonado su jubilación de pesquería, gallos finos y perros, para abrazarse con el enviado del Kremlin es más un gesto contra Washington que a favor de Moscú; pero anunciar un relajamiento bilateral, tras haberse tragado sin rechistar a 278 mil emigrantes cubanos en un año, trae consecuencias.
Cuba no tenía necesidad alguna de recibir al jerarca ruso cuando Estados Unidos sopesa sacarla de la lista de estados patrocinadores del terrorismo, ha ampliado el envío y cuantía de remesas y negocia, hasta este viernes con una delegación de los ministerios de Relaciones Exteriores e Interior; pero pedir limosnas con escopeta es la piedra angular de la miope y cortoplacista dictadura, que lleva cuatro años pidiendo el agua por seña.
Una investigación de Archivo Cuba afloró que 107 cubanos han muerto a manos de guardafronteras, pero en Washington como si oyen llover.
Los componedores de batea del Departamento de Estado, Agentes de influencia y gusañeros han reaccionado con su habitual oportunismo voluntarista, restando importancia a la visita del seguroso ruso porque están trabajando contrarreloj para premiar a los piratas del Caribe, antes que Biden entre en tiempo electoral.
Los comunistas son incorregibles; simulan el tiempo que haga falta, aparentan retrocesos y dolor; pero en cuanto les aflojan la soga; vuelven a las andadas; cual perros hueveros, porque su proyecto totalitario consiste en conservar todo el poder todo el tiempo; no propiciar riqueza y felicidad a los cubanos.
La estampa del jinetero Bruno Rodríguez fingiendo indignación por el atropello de Meta a la libertad, cerrando cientos de cuentas de Facebook a ciberclarias de la dictadura más vieja de Occidente, retrata la indigencia moral del tardocastrismo.
Dime con quien andas y te diré quien eres, reza el sabio refranero cubano y alguien sensato en Estados Unidos, además de Bob Menéndez, Marco Rubio y María Elvira Salazar, debería influir para reconducir la luna de miel en ciernes y abandonar todo ilusionismo infundado porque a este paso, cuando Biden se jubile, el dinosaurio comunista seguirá devorando a cubanos.
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